Breve, pero a fondo- No lo olvide: primero los pobres

Las cosas están llegando demasiado lejos y si no se toman decisiones prontas, el país puede quedar a la deriva. El informe del Consejo de Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), reveló algo que a todas luces resulta espeluznante: en lo que va de la presente administración, tres millones 800 mil mexicanos, pasaron a ser pobres. La cifra es fría, no así la tragedia humana.

Esto es sólo una evidencia de que la política social no está resultando efectiva, y que requiere de un golpe de timón, que le permita a esta gran embarcación que es México, llegar al puerto más próximo para no zozobrar.

Sabemos que el impacto de la pandemia en el bienestar del país es innegable, pero también lo es que este gobierno no ha logrado reparar el motor productivo del país, que le permita recuperar los empleos perdidos y generar la riqueza necesaria que detone el crecimiento y desarrollo, que beneficie de todos.

El Coneval puso el dedo en la herida más profunda de nuestra realidad, la que más sangra, y no es otra que la pobreza. La población en esta condición paso de 51 millones 900 mil mexicanos en 2018, a 55 millones 700 mil en 2020. La cifra habla por sí sola.

Y aunque el presidente diga que tiene otros datos, la medición deja al descubierto que son millones las familias que apenas sobreviven en México. Más aún, de 2018 a 2020, los mexicanos en pobreza extrema pasaron de los 8 millones 700 mil a 10 millones 800 mil, un incremento de dos millones 100 mil mexicanos.

Pareciera ser que esto no conmueve a quienes llevan las riendas del poder, ya que a diario se ven anuncios de televisión en los que el partido en el gobierno presume de sus conquistas electorales y de su dominancia en el país, sin que dedique ningún mensaje de esperanza para aquellos no tienen nada y a los que se le prometió trabajar para sacarlos cuanto antes de la miseria en la que se encuentran.

Por supuesto, que aquella frase de “Los pobres primero”, quedó como un eslogan pasajero para ganar votos.

Ahora, la pregunta es qué se hará para revertir esta tendencia, sobre todo ahora, que la economía nacional no da visos de moverse a la velocidad necesaria para que genere los recursos que alimenten nuestro raquítico desarrollo. Por si fuera poco, la inflación sigue atacando sin misericordia los bolsillos de los mexicanos.

A la expansión de la pobreza, se suma una inseguridad que ya golpea a todos, y que comienza a generar inestabilidad social. La amenaza que el narcotráfico lanzó contra periodistas y medios de comunicación, por informar y denunciar sus actividades criminales, requiere también una respuesta contundente del gobierno.

No puede dejar pasar este amago, porque de hacerlo, estaría claudicando a su responsabilidad de garantizar la seguridad y el Estado de Derecho en un país, que de por sí, adolece en muchos sentidos de la aplicación de la justicia.

Siempre hay tiempo para enmendar fallas y corregir errores, pero es importante aceptar que algo se está haciendo mal. Nada se arregla negando una realidad que está ahí, que es evidente, y la pobreza en la que se encuentran millones de mexicanos no se puede ocultar por más que se diga que se tienen otros datos.

Tampoco se puede esconder una inseguridad que ya espanta inversiones y reprime el desarrollo, y muchos menos, las amenazas de un crimen organizado que goza de impunidad para actuar libremente en cualquier región del país.

Millones de mexicanos reclaman una acción contundente para enfrentar los grandes problemas sociales, y está en la actual administración actuar para responder a las expectativas de una sociedad, que se la juega todos los días.

Pobreza, inseguridad y ahora la amenaza del narcotráfico a periodistas y medios de comunicación, por hacer su trabajo, podrían conformar una nueva formula letal que atentaría contra la estabilidad de un país que busca no sólo sobrevivir, sino vivir en paz.