En Busca del Estado Perdido-México en la geopolítica

La geopolítica analiza los efectos de la geografía humana sobre la política y las relaciones internacionales, explicando cómo se desarrolla el comportamiento de una nación a nivel internacional, teniendo en cuenta una serie de variables geográficas, centrándose en el estudio de los sucesos políticos, así de los efectos que dichos hechos generan.

La geopolítica abarca el estudio de las fronteras hasta la importancia de ciertos recursos naturales para las relaciones exteriores de un país.

El fin de semana que recién pasó, se celebró en la Ciudad de México la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, (CELAC) a la que asistieron -entre otros- los Presidentes de Venezuela Nicolás Maduro y de Cuba Miguel Díaz-Canel. La intención de la cumbre fue fortalecer los lazos de la comunidad latinoamericana y del caribe en busca de una Unión semejante a la Europea.

Si bien por décadas México ha adoptado la política de no intervención de los pueblos, no se puede pasar por alto la falta de garantías a los principios democráticos que hay en los pueblos de Cuba y Venezuela, gobernados hasta hoy por regímenes autoritarios, mismos que fueron huéspedes en nuestro país.

Las reacciones no se hicieron esperar, protestas frente a las embajadas de ambas naciones al igual de Presidentes participantes de la cumbre; representantes republicanos en la Cámara baja de los Estados Unidos y en la opinión pública de diversos países que señalaron -criticaron- la presencia en México de Maduro y Díaz-Canel.

Compartimos una de las fronteras más grandes del mundo con la primera potencia del orbe, la dependencia económica que tenemos con los norteamericanos, -ahora también con los canadienses-, es el eje fundamental de nuestro crecimiento. En el tema migratorio más de 30 millones de mexicanos viven en el país vecino, -muchos de ellos ya con descendencia- cuya identidad cultural trasciende y forma parte cotidiana del día a día. En la Casa Blanca se conmemora el 5 de Mayo, honrando a los héroes que salieron victoriosos en la batalla ganada a los franceses. Alcaldes de importantes ciudades norteamericanas, representantes -diputados-, jueces y magistrados son de origen mexicano. La presencia de mexicanos cada vez es mayor como si se tratara de una reconquista del territorio, borrando las fronteras culturales.

En este contexto ¿qué sentido tiene abrir la puerta a quienes gobiernan con autoritarismo contrario a nuestros principios democráticos y de paso incomodan a nuestros principales socios?

Pareciere que la política internacional no es materia fuerte de la 4T, recordemos la reciente acogida a Evo Morales.

El trabajo debe ser encaminado al fortalecimiento de nuestra posición en la comunidad internacional condenando a los gobiernos autoritarios, el rechazo a figuras cuestionadas por su quehacer en contra de los valores fundamentales de la democracia y la violación a los derechos humanos. Actuemos con congruencia.

Por mandato Constitucional el Ejecutivo Federal es el conductor de la política internacional de México, -pero es eso-, un mandatario de los valores que consagra nuestra Constitución entre los que resalta el respeto a la dignidad humana, a las libertades tales como la libre expresión, al disenso y confrontación de las ideas.

La presencia de Maduro y de Díaz-Canel bajo el viejo principio de no meternos a opinar sobre lo que ocurre en otras latitudes, reprueba gravemente nuestra postura geopolítica que en principio debe de ser acorde a nuestra propia vida democrática y a los intereses evidentes y sustanciales que genera nuestra frontera.

No le busquemos tres pies al gato, seamos consecuentes: fortalezcamos nuestra identidad democrática y nuestra vecindad, al final del día el lazo que nos une con Estados Unidos y Canadá es mucho más fuerte que el que tenemos con Maduro y Díaz-Canel, talibanes de la democracia.