¡Fuera cadenas!-Carlsen vs Nepo

Desde el 24 de noviembre, día de su inauguración, se está llevando a cabo en Dubái el campeonato mundial de ajedrez de la FIDE. Allí, se enfrentan Magnus Carlsen —el campeón vigente— a Ian Nepomniachtchi (Nepo para los cuates) en un enfrentamiento a 14 partidas. Será el ganador quien obtenga 7.5 puntos o más (un triunfo otorga 1 punto, un empate ½ punto); en caso de ser necesario, se jugarán otras partidas de desempate.

Desde pequeño, yo jugaba ajedrez con mi papá, era una actividad muy bonita, pues podía pasar un rato con él platicando mientras movíamos las piezas alternadamente a lo largo del tablero. En la primaria, llegué a jugar con compañeros de clase, tengo un vago recuerdo que jugamos en una especie de competencia interna de la escuela. Conforme fui creciendo, sin embargo, me encontré con la realidad de que hay pocas personas que juegan ajedrez; creo que por eso yo dejé de jugarlo tanto. No obstante, siempre le he tenido mucho interés y me parece entretenido jugarlo o, incluso, observar como lo juegan otras personas. Hace unos 8 años, recuerdo que, en un viaje por Nueva York, caminé por Washington Square y me quedé horas viendo a los hustlers jugando en las bancas del parque.

Hace un par de años, gracias a la recomendación de mi amigo Juan de Maddevi (mi grupo de rock), quien ha participado en torneos nacionales de ajedrez, por fin armé mi perfil en una plataforma de ajedrez en línea. Con ello, nació dentro de mí un nuevo interés mucho más intenso por el ajedrez. Me puse a estudiar aperturas y tácticas, y empecé a retar a personas a través de la aplicación; con mucho empeño, empecé a subir mí ELO y, si bien sigue siendo bastante bajo, ya puedo defenderme (y a veces ¡hasta le gano a Juan, jaja!). Con Duarte, otro amigo que también es aficionado del ajedrez, empezamos a juntarnos para jugar y estudiar partidas, así como para motivarnos para seguir adelante; ahora, nos hemos fijado la meta de participar en un torneo oficial. También, otro abogado amigo mío, el Dr. Hirales, es aficionado al ajedrez y solemos jugar a través de la aplicación y nos ponemos a analizar nuestras partidas para ver qué debemos mejorar. Es decir, he encontrado un área para conectar con amigos y tener el pretexto perfecto para juntarnos a convivir. 

Ahora con el campeonato mundial, donde están los dos mejores ajedrecistas del momento, me he dado cuenta de la importancia del aspecto psicológico dentro del ajedrez. En las primeras 5 partidas del duelo por el campeonato, Magnus e Ian habían logrado puros empates en enfrentamientos espectaculares donde ambos habían mostrado una destreza y claridad mental fuera de este mundo. Por lo que he entendido gracias a las transmisiones en vivo y a los grandes maestros que analizan las partidas, Carlsen y Nepo habían mostrado tenerse perfectamente estudiados uno al otro, así como las diversas variaciones de las aperturas que han intentado. La precisión en los movimientos que realizan es, en palabras de Levy Rozman, propia de alienígenas.

Digo, las primeras 5 partidas así había sido… hasta que llegó el viernes 3 de diciembre, la sexta partida con un triunfo para Magnus en un duelo que duró casi 8 horas con 136 movimientos por bando —el duelo más largo de la historia del ajedrez—. Terminar una partida de cerca de 8 horas es extenuante, pero hacerlo con una derrota definitivamente debe ser destructivo; así lo ha demostrado Nepo, quien a partir de esa derrota ya sumó otras dos en los juegos 8 y 9. Esas últimas dos derrotas han sido por errores suyos sumados a la capacidad de Magnus por explotarlos. Es decir, Ian está mostrando un desmoronamiento moral, y se ha planteado por los analistas que ven poco probable que pueda recuperarse de esos golpes psicológicos. 

En el ajedrez, como en todo en la vida, te caes. El reto no está en no caer, sino en tener la capacidad para levantarse. Ian no parece que lo vaya a lograr, veremos qué tal el resultado de las últimas 4 partidas que quedan, pero la tiene muy difícil: dos empates o un triunfo de Magnus le otorgarían los 7.5 puntos necesarios para refrendar el campeonato.