¡Fuera cadenas!- La maldad humana

Ha salido a la luz la comisión de un crimen de guerra por parte del Estado ruso en la ciudad ucraniana de Bucha. Algunas imágenes que circulan sobre el momento de los hechos indican que las fuerzas armadas de Rusia asesinaron a cerca de medio millar de personas en esa ciudad sin ninguna clase de recato y sin ninguna muestra de compasión. Parece indicarse que la totalidad de las personas muertas eran civiles que ninguna clase de relación tenían con las fuerzas militares —y aun siéndolo, no se justificaría el uso tan desproporcional de la violencia contra estas víctimas—.

Al hacerse públicas estas acusaciones, el gobierno ruso señaló que tal masacre era un montaje orquestado por Ucrania. Sin embargo, el gobierno alemán ya dio a conocer ciertas imágenes satelitales que, comparadas con las propias imágenes publicadas por los rusos, demuestran que la masacre sucedió mientras el ejército ruso ocupaba esa ciudad. Además, también hay algunos videos de los cuales se logra apreciar a las fuerzas rusas atacando a personas indefensas en las calles de Bucha. 

Ya algunas voces señalan que este es un crimen de lesa humanidad, al tiempo que piden la investigación e imposición de sanciones a los líderes rusos. Sin ser mi especialidad, pero conforme al estatuto de Roma de 1998 —donde se definen los crímenes de lesa humanidad— sí estamos ante un crimen de esa naturaleza por motivo del asesinato generalizado en contra de la población civil. Incluso, podría configurarse un crimen de guerra por el hecho de asesinar y dirigir ataques en contra la población civil no armada ni partícipes de las hostilidades. Los indicios que están a la mano y que circulan en medios indican que fue el ejército ruso quienes cometieron tales atrocidades en el marco de la invasión a Ucrania. Por tal motivo, deberá llevarse a cabo la investigación por parte de la comunidad internacional para dar con los responsables de semejante ataque artero.

Más cerca de nosotros, debemos también voltear a ver las atrocidades que semana tras semana salen a la luz en nuestro país. Masacres en centros de espectáculos, en reuniones, y decenas de desaparecidos día a día demuestran que la deshumanización la tenemos en casa. Al igual que lo sucedido en Bucha, aquí se asesina y desaparece a civiles; muchas veces cometido por el propio el Estado (Tlatelolco 1968, Corpus Christi 1971, Acteal 1997, Ayotzinapa 2014, más los que no conocemos). Aquí, al igual que en Ucrania, se inflige un daño irremediable a la sociedad, mientras hace patente la fragilidad y vulnerabilidad de nosotros como personas en un país donde no existe garantía alguna para nuestra integridad.

La maldad humana no tiene límites, no se encuentra únicamente en una zona de guerra como Ucrania, sino también en países que supuestamente están en paz como el nuestro. Debemos buscar la paz ya, ¡basta de violencia, basta de rencores, basta de odio, ya basta! Nos merecemos tranquilidad, certeza, seguridad y amor.