¡Fuera cadenas!- Las guerras

¡Fuera cadenas!- Las guerras

Ha sido una semana con demasiadas novedades bélicas tanto a nivel internacional como nacional. Primero, el anuncio de la invasión rusa a Ucrania —país que fuere parte de la antigua URSS— y, después, la noticia de la masacre de San José de Gracias, Michoacán, donde fusilaron a 17 personas en plena luz del día. Ambas acciones son sumamente reprobables. Ambas acciones son muestra del desprecio por la vida y por la paz.

La invasión a Ucrania por meros intereses militares y políticos ha puesto en vilo la estabilidad y paz mundial. De un lado a otro se enfrentan los intereses occidentales y pro-rusos y, como en toda guerra, quienes la pagan son las personas comunes y corrientes que tratan de hacer su vida: trabajar, convivir con sus familias y amigos. Y así fue: un día la gente de Ucrania estaba en restaurantes y abres haciendo su vida y, el siguiente, estaban buscando refugio mientras las bombas rusas explotaban. En Ucrania, se ordenó que los hombres mayores de edad y capaces físicamente no salieran del país para que se sumaran a la lucha armada en defensa de su país; no se hicieron esperar las escenas desoladoras en las que padres, hermanos e hijos se despiden entre lágrimas, seguramente pensando que esa podría ser la última ocasión en que se verían.

Por su parte, en México, tuvimos un capítulo más del terror que ha representado nuestra propia guerra: la guerra contra las drogas. Llevamos poco más de tres lustros inmersos en una guerra contra el narcotráfico. Esta guerra, al igual que una guerra convencional, ha roto familias, ha modificado la vida diaria, ha traído destrucción y muerte. A lo largo de casi tres sexenios, la guerra contra el narcotráfico en México ha dejado casi diez veces más muertes civiles que la guerra en Afganistán en su totalidad. A esa larguísima lista de tragedias se acaba de sumar la de San José donde fusilaron a 17 personas que se encontraban en un funeral. El colmo: 17 personas que se reunían por la muerte de alguien son llevadas a ella. Además, la reacción de las autoridades ha sido totalmente vomitiva, algunas personas negaron que hubieren matado a gente, otras tantas negaron que hubiere sido un hecho grave, otras lo minimizaron. 

Las guerras, sean convencionales o no destruyen a los seres humanos, destruyen la organización de la vida, destruyen la convivencia a niveles macro y micro. Además, me acabo de dar cuenta, las guerras exponen lo más vil y oscuro de las personas. No tengo mucho qué decir sobre mi pensar de esto más que estoy asqueado con lo vil que puede llegar a ser el ser humano. 

Les ofrezco una disculpa, estimados lectores. Pero no tengo mucho que decir.

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