Reflexiones del galeno-Atacando a la ansiedad

Reflexiones del galeno-Atacando a la ansiedad

A todos nos ha pasado, un día estamos en nuestras labores diarias cuando de repente empezamos con una sensación extraña en el pecho, el corazón inicia a palpitar más rápido, la respiración comienza a ser más superficial y rápida, un sentimiento de que algo malo va a suceder invade nuestras mentes, que el corazón está infartándose o que el oh tan aclamado fin del mundo ha llegado… sin embargo de unos 5 a 20 minutos después nos damos cuenta que todo esta bien, que no se ha acabado el mundo y que todo nuestro caos momentáneo puede ser descrito como una crisis de ansiedad, o un ataque de pánico.

Pero ¿qué es esta “ansiedad” de la que tanto se habla hoy en día? Pudiera describirse como una activación exagerada de nuestro sistema de respuesta ante estímulos externos: el famoso fight or flight. Liberación de sustancias como adrenalina invaden nuestras venas para aumentar nuestra atención al entorno, el corazón palpita más rápido para preparar nuestros músculos en caso de ser necesaria una gran actividad física, una respiración más rápida para llenar nuestro cuerpo de oxígeno… pero hace falta lo más importante, la amenaza. Aquí es donde uno se encuentra afectado: el cuerpo súbitamente se encuentra listo para combatir junto a 299 espartanos sin tener un ejército enemigo enfrente, lo cual termina creando estrés y angustia a las personas que lo sufren.

A pesar de que la amenaza pudiera no existir, el tratamiento para estas crisis si es real. Una técnica sencilla pero efectiva es tomar asiento en un lugar silencioso, cerrar los ojos e intentar concentrarse en una respiración lenta y profunda. Dar inspiraciones por la nariz que duren 4 – 5 segundos, retener el aire dentro por 3 segundos y finalmente espirar durante 8 a 10 segundos. Repetir este proceso unas dos o tres veces puede ayudar a sentir que el apocalipsis ha tenido una pausa. Similarmente, existen técnicas para intentar distraer los múltiples neurotransmisores haciendo de las suyas en nuestros cerebros: Existe el llamado 5-4-3-2-1, donde además de hacer ejercicio de respiraciones, se intenta distraer a la mente buscando 5 cosas que uno puede ver a su alrededor, 4 cosas que uno puede tocar, 3 cosas que podemos escuchar en el ambiente, 2 olores que podemos identificar y 1 sabor que tengamos en nuestra mente. Otras maneras de lidiar con estos ataques pueden ser meditación, contar cosas que se encuentran a nuestro alrededor, hacer listas mentales de colores, los días que tiene la semana o animales que existen en nuestro ecosistema de preferencia, intentar describir la textura de los objetos que nos rodean y muchas más.

Cabe destacar que nunca está de más acudir con un profesional de la salud mental para llevar un correcto seguimiento, el dicho “si pasó una vez, volverá a pasar” es muy cierto en estos casos. Investigación previa ha demostrado que psicoterapia como la terapia cognitivo conductual tiende a ser muy efectiva para los trastornos de ansiedad puesto que no solo enseña como afrontar una crisis, sino que nos ayuda a buscar una forma más sana de pensar, comportarse y reaccionar ante las situaciones que pudieran llevar a un ataque de ansiedad. Así mismo, la combinación con medicamentos como los inhibidores selectivos de la recaptura de monoaminas o beta bloqueadores pueden garantizar que nuestro cerebro esté preparado para combatir al gran monstruo ansioso que se esconde dentro de nosotros mismos.

TFA

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