Reflexiones del galeno-Videojuegos en la ciencia

Reflexiones del galeno-Videojuegos en la ciencia

En estos tiempos los videojuegos se han convertido en una de las principales fuentes de entretenimiento para todas las edades. Ya sea en los celulares, consolas o computadoras, todas las personas podemos tener acceso a un videojuego, desde los clásicos como angry birds o candy crush, hasta las últimas entregas de los últimos estudios de desarrollo. Pero ¿qué tiene que ver esto con la ciencia? Seguramente podrá preguntarse. Pudiera ser difícil pensar que una franquicia del gaming como Pokémon pudiera llegar tan lejos en la ciencia como ha llegado a los corazones de sus fans.

En el 2019, Dr. Jesse Gómez de la Universidad de Stanford y su equipo compararon a un grupo de jugadores veteranos contra personas que nunca jugaron estos videojuegos en su infancia, y les presentaron estímulos visuales mientras les realizaban una resonancia magnética funcional. En su estudio, se descubrió un área cerebral de reconocimiento visual especializada que consistentemente se activaba en la misma localización cerebral en los jugadores para el reconocimiento de las diferentes especies de Pokémon que existen en la saga. Esto podría darnos un mejor entendimiento en cómo se organiza la información y darnos más profundidad en entender patologías como dislexia, en donde puede que el problema sea la forma en que recibimos los estímulos.

Interesantemente, este no es la única contribución del buque insignia de GameFreak a la ciencia. En el 2008, el equipo de investigación de Shigeru Sato en la Universidad de Osaka encontró un ligado en la matriz de la retina que apoya a la transmisión visual de los estímulos luminosos captados por los ojos hacia el sistema nervioso central. Los autores decidieron llamar a esta nueva proteína Pikachurina por la similitud de velocidad de la proteína y de nuestro roedor eléctrico favorito.

Para terminar, me gustaría comentarles que existe una proteína que pudiera considerarse de las más importantes del cuerpo debido a que sus funciones van desde la generación de extremidades, múltiples órganos e incluso parte de la organización cerebral desde el periodo embrionario llamada Sonic Hedgehog. Esta familia de proteínas fue llamada Hedgehog por su composición molecular, similar a la forma picuda de un erizo, por lo que Lewis Wolpert decidió llamarla como el personaje principal de su juego favorito: Sonic. Sonic Hedgehog (o SHH para quien no quiere hacerle fama a Sega) es una proteína de vital importancia para los vertebrados y se cree que pudiera haber tenido papeles importantes durante la evolución de estos.

Estos son solo algunos ejemplos de hasta donde pueden llegar los gustos que tenemos desde niños (o desde adultos) y como pueden influenciar nuestra labor como científicos. ¿Quién sabe? Tal vez algún día se descubra una galaxia, una especie o un compuesto que lleve el nombre de nuestro personaje favorito de alguna serie de libros o películas.

TFA

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