Retrato Ormeta-Al desmantelamiento de las instituciones (caso CIDE)

Para la construcción de instituciones democráticas se requiere de mucho esfuerzo, de coordinación entre distintos gobiernos, fuertes sumas presupuestales, de una animosa participación ciudadana y de un cumulo de variadas posturas que permitan el ir poniendo en el transcurso del tiempo, los suficientes ladrillos que den forma a la institución representativa del espíritu comunitario. En efecto, las instituciones en una democracia se construyen para brindar bienes sociales valiosos y son al mismo tiempo escudos-pilares de la sociedad democrática, pues las instituciones creadas en democracia justo son construidas para que las personas tengan cada vez más y mejor democracia.

Así es, una sociedad democrática construye centros de investigación para tener ciudadanos con mejores herramientas técnicas que permitan su desarrollo crítico para participar en sociedad, así como formar a los futuros líderes que encabezaran no sólo sus campos de investigación, sino también posiciones claves en el espectro público. De tal forma que, las sociedad democráticas desean crear sus propios semilleros para formar individuos que en un futuro contribuirán al mejoramiento de la sociedad y que con la formación de nuevas conciencias críticas, se produzca el florecimiento de ideas que permitan darle solución a los conflictos que vivimos en el país. Nuestra democracia crece cuando la investigación y el conocimiento se ponen justo al servicio de esta, y esto es justo lo que viene realizando el CIDE.

En efecto, el Centro de Investigación y Docencia Económica es una institución científica creada y financiada por el Estado mexicano. Su misión ha sido contribuir a formar mentes que se comprometan con su comunidad y con el apego fiel a poner sus conocimientos al mejoramiento de su país. Una institución con una robusta exigencia académica que ha cumplido la misión de su creación, pues a lo largo de sus años de existencia, ha contribuido a la circulación de ideas frescas e innovadoras que han tenido un impacto positivo en sus campos, así como ha formado brillantes profesionales que ponen su granito de arena para tener un país mejor. El CIDE es una institución por demás contribuyente al mejoramiento de nuestra democracia y al florecimiento del país.

Por ello, son falaces y ruines los argumentos que califican al CIDE como una institución sin escrúpulos que forma a jóvenes que sólo velan por su propio interés, esto es, para esos ojos infames, es un centro educativo que forma élites académicas que en nada retribuyen al pueblo que los financia. Acaso olvidan que esta institución, al igual que la gran mayoría de universidades, se ha constituido en un puente de movilidad social, de los pocos que hay en el país. Una institución que como pocas, ha resultado funcional para buscar erradicar la desigualdad social mediante la poderosa arma de la educación pública, por ello, atentar contra esto, es prácticamente extinguir una herramienta exitosa que ha ayudado a miles de jóvenes a tener un mejor futuro que sus ancestros.

Es muy fácil atentar contra una institución cuando lo que busca es dinamitar semilleros democráticos, y cuando la movilidad social no es bien vista a los ojos de los líderes autoritarios. Siempre los centros de investigación han sido incómodos al poder, por tanto, hoy más que nunca debemos defender los centros de educación porque siempre la generación de conocimiento crítico y de mentes analíticas resultan peligrosas a los tintes despóticos.

Omerta: Sin más, esperemos que este año 2022 traiga mucha paz y reconciliación al país. Una nación sangrienta, enferma y divida que necesita del reconforte de la tranquilidad y la unión.