Retrato Ormeta-El caso Colombia: un viraje hacia la extrema izquierda o hacia la extrema derecha

El fin de semana pasado, en Colombia se celebró la primera vuelta de las elecciones presidenciales, en donde ningún candidato pudo lograr el 50% de votos más uno para levantarse con el triunfo contundente, por lo que, los dos punteros de esta jornada volverán a medirse frente al voto popular en lo que se conoce como segunda vuelta electoral, para saber quién será el titular del Poder Ejecutivo colombiano por los próximos cuatro años. Así, se medirán en unas semanas sobre las urnas, el radical de izquierda Gustavo Petro frente al que muchos llaman el “Trump tropical” que representa a la extrema derecha en la figura de Rodolfo Hernández. 

En efecto, este proceso electoral colombiano estuvo marcado por la irrupción del hasta hace poco senador Petro, quien con un discurso potente y atractivo de igualdad social ha cortejado a un gran número de electores que aún no olvidan ni superan los terribles estragos económicos que han dejado tanto la pandemia como las malas decisiones económicas de los gobiernos anteriores, gobiernos que sólo fueron testigos más del derrumbe de la clase media que paso a engrosar las filas de la pobreza. En ese sentido, el fiel seguidor del difunto líder venezolano Chávez ha sacudido con fuerza tanto a los partidos tradicionales como a un sistema político cada vez más incapaz de dar soluciones a su pueblo y con esa fuerza, hoy lo tienen como favorito a ganar la elección presidencial. 

Por otro lado, tenemos al empresario de la construcción Hernández, personaje que logró colarse a esta segunda vuelta a costa de desplazar al candidato del régimen Federico Gutiérrez. Con un marcado discurso “anticorrupción” ha logrado distanciarse de la vieja clase política gobernante a la que ha señalado como corrupta e inepta, sumando el proyectar su imagen como empresario exitoso con la intención de recalcar que un líder no siempre debe venir de la siempre rancia clase política colombiana. Más aún, es un abierto seguidor del libre mercado aún a costa de dañar el medio ambiente o ser un creyente de que el gobierno debe ser flexible en el cumplimiento y protección de los derechos laborales, con la peculiaridad de que en alguna entrevista declaró sentir admiración por el genocida líder nazi. 

De ahí que, podemos decir válidamente que Colombia se encuentra frente a una verdadera encrucijada política que, a decir por los analistas de aquel país, se encuentran entre elegir la Venezuela de Chávez o el Brasil de Bolsonaro. Sí, durante aquel proceso electoral se han visto marcadas dos posturas que rayan en el extremo y que no están dispuestas a incluir en sus programas de gobierno las propuestas del rival, pues son inflexibles con llevar a cabo sus acciones bajo su radical ideología política. Peor aún, el punto de concordancia se ha visto borrada a partir de una tremenda guerra sucia por parte de los candidatos, pues mientras califican a Petro como un delincuente por su pasado como guerrillero del grupo subversivo M-19, a Hernández lo han calificado de clasista por dar a entender que los pobres “son el mejor negocio del mundo”. 

Así, el caso colombiano se tendrá que dirimir con votos populares a inclinarse al trepidante Petro que encabeza las preferencias o si se abalanzan por Rodolfo, quien en esta segunda vuelta contará con todo el respaldo de los tradicionales partidos políticos que ven con más peligro al exguerrillero que a este empresario fundamentalista.  Ya veremos el resultado, pues no sólo se pone en juego la baraja colombiana, sino todo el mapa latinoamericano por saber si hay un miembro más de izquierda o de derecha. 

Ormeta: Vaya revuelo que se escucha desde tierras hidrocálidas, pues la candidata panista Tere Jiménez ha esfumado su abultada ventaja con la que comenzó su campaña, pues su contrincante guinda ya le pisa los talones. Mucho ojo ahí, pues puede darse una remontada de epopeya.