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- 16/03/2022
Retrato Ormeta-La independencia judicial como baluarte del Poder Judicial

En la comunidad jurídica existe el consenso de que la independencia judicial es un pilar fundamental del Poder Judicial porque le permite cumplir con su función de ser protector de la Constitución y garante de los derechos humanos. Esto es, sería impensable que la institución Judicial pueda desempeñar tales mandatos sin contar con esa famosa independencia.
De ahí que, por la importancia del concepto, se ha buscado dotarlo de contenido con características propias. Ante tal panorama, resulta relevante la construcción que le han dado los mismos órganos jurisdiccionales a tal palabra, pues con ello, son los mismos órganos judiciales quienes han dotado de esencia el cimiento de su actuar y lo han convertido en un parámetro al cual deben someterse todas las normas que busquen regular su actividad.
Así, resulta relevante saber qué entiende la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) por independencia judicial, ya que, son los dos órganos jurisdiccionales fundamentales que han construido este término como un parámetro de regularidad al que deben ceñirse las normas que buscan regular la función judicial y que también se ha convertido en el eje rector de su actuar.
De tal forma que, tanto la CoIDH como la SCJN no buscan construir una definición delimitada de lo que es la independencia judicial, sino que resaltan que este concepto es importante porque protege otros valores y principios valiosos para el Estado Constitucional democrático. Esto es, la independencia en la judicatura no es un fin en sí mismo, sino un puente para proteger dos principios muy valiosos como lo son la división de poderes y el garantizar el derecho al acceso a la justicia.
En efecto, la CoIDH sostiene que sólo un Poder Judicial con independencia puede brindar justicia imparcial que emita resoluciones sustentadas en las leyes y en los derechos humanos. Por otro lado, ha dicho que la independencia judicial en su faceta institucional permite no sólo blindar de amenazas la labor judicial, sino que también, permite que el Poder Judicial se constituya con fuerza para revisar las decisiones de otros órganos de Estado, cumpliendo con esto, con ser un órgano de contrapeso en la democracia, tal como lo mandata la división de poderes.
Ahora bien, la SCJN va más allá porque ata estos conceptos, en el sentido de que una violación a la independencia judicial es una violación al principio de división de poderes, esto tomando en cuenta de que este último principio cuenta con su propio parámetro que señala los grados en que puede ser vulnerado (interferencia, dependencia y subordinación), por ende, se puede atentar contra la independencia judicial y al mismo tiempo vulnerar la división de poderes en uno de sus grados.
Ahora bien, dicho concepto cobra vital relevancia en los últimos episodios judiciales del país. En efecto, hoy más que nunca nuestro país clama por jueces, magistrados y ministros con independencia que les permita brindar la justicia a las personas que acuden a los tribunales a buscarla y también para erigirse como un contrapeso que revise la constitucionalidad de los actos de los órganos políticos. Sin independencia no habrá justicia y sí muchos atropellos del poder político a los derechos de las personas, tal como en fechas recientes hemos visto.
Por eso hoy más que nunca, se necesita repensar y volver a plantear la bandera de la independencia judicial.
Ormeta: Vaya molestia causaron los audios filtrados del fiscal general de la república, en los cuales, reveló que tiene apoyos dentro del máximo tribunal del país para que apoyen el litigio de su caso personal… Si las aguas ya andaban agitadas en la Corte, ahora se aproxima un huracán judicial para sacudirse esta imagen de tribunal sumiso.
TFA