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- 14/04/2021
De razones y pasiones- Laguna Verde: señales que advierten la tragedia

El 17 de julio del año pasado, la Secretaría de Energía que encabeza Rocío Nahle autorizó por 30 años más la renovación de la licencia de operación a la Unidad 1 de la Central de Laguna Verde (CNLV-U1).
La vida útil de la mayoría de las centrales nucleares en el mundo oscila entre 20 y 40 años; Laguna Verde inició sus operaciones el 29 de julio de 1990 –ya cumplió 30 años-, por lo que con 30 años más de funcionamiento se convertirá en la planta de energía nuclear más longeva del mundo.
Laguna Verde genera apenas el 4% de la electricidad del país y representa sólo el 4% de su capacidad eléctrica instalada. La renovación de la licencia por parte del gobierno de López Obrador confirma que el Presidente tiene confianza en una planta con una larga historia de resistencia civil –hubo movilizaciones incluso antes de su apertura- y las fallas de operación que se han venido repitiendo con mayor frecuencia y riesgo en los últimos meses.
La SENER renovó la licencia a una planta nucleoeléctrica obsoleta que está trabajando al límite de seguridad, lo que ha provocado la preocupación de la comunidad internacional. Tras la renovación, Laguna Verde nunca había tenido tantos y tan frecuentes incidentes, más allá de la consistente desestimación por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Durante meses, el gobierno federal ocultó la información sobre un grave incidente al interior de la planta nuclear de Laguna Verde, mismo que fue dado a conocer por el diario español El País, algo que molestó al Presidente y reaccionó acusando al medio de vínculos con la empresa Iberdrola.
En la víspera de año nuevo, el diario ibérico publicó que el 3 de septiembre, dos minutos después de las cinco de la tarde, el recambio de uranio enriquecido que alimenta la única central nuclear de generación eléctrica de México -una operación delicada pero rutinaria-, derivó en una situación de riesgo naranja, un paso antes del rojo, lo que significa la máxima alerta para la seguridad de la planta.
Fuera de la programación de mantenimiento y mientras un sistema de seguridad estaba deshabilitado, el contratista decidió continuar con el cambio de ocho mecanismos, lo que puso a la central en riesgo naranja durante 13 horas. La fuente fue un reporte de 13 páginas elaborado por la propia Comisión Federal de Electricidad (CFE), donde se identifican deficiencias respecto del “desempeño humano”, y de “una sana cultura de seguridad nuclear” en la planta.
Fue el primer eslabón de una larga cadena de riesgos. A las 03:10 de la madrugada del 21 de enero, hubo una fuga de combustible en uno de los generadores de la planta nuclear de Laguna Verde. Los resultados de una evaluación de riesgo determinaron “probabilidad de accidente severo” y “de una descarga radiactiva grande al medio ambiente”, según reportes dados a conocer por la periodista Peniley Ramírez.
Un día antes la unidad 1 volvió a tener un “paro súbito” luego de 110 días en operación con problemas de recarga de combustible, arrancando sin tener operables los sistemas de seguridad y con fallas en las cinco de las ocho barras con que cuenta el reactor nuclear para la protección ante accidentes.
También documentó que un mes antes, el 21 de diciembre se registró una “fuga de diesel” como un “evento no usual”. Sólo habían transcurrido tres semanas desde otro ‘Reporte de Condición’, que describía cómo se activaron los mecanismos del reactor nuclear sin colocar las compuertas de seguridad.
La respuesta del gobierno morenista fue la misma: descalificar a los medios sin referirse siquiera a los informes generados por la propia empresa, negando que Laguna Verde esté en riesgo de sufrir un accidente. Todas las advertencias han sido ignoradas, pero la realidad les devuelve la bofetada.
La del estribo…
El gobierno no termina de vacunar a todo el personal médico y ya presume el populismo biológico de la vacuna “patria” a un mes de las elecciones.