El gobierno de coalición en España enfrenta amenazas desde la oposición y el interior

El gobierno de coalición de izquierdas en España se encuentra en una situación complicada. A pesar de haber arrancado su segundo mandato con una mayoría ajustada en el Congreso y sin control del Senado, ahora se enfrenta a la presión desde sus flancos ideológicos.

Por un lado, la oposición derechista ha salido a las calles con movilizaciones multitudinarias, lideradas por el partido de ultraderecha Vox. Su objetivo es frenar lo que consideran “un golpe de Estado” para favorecer a los independentistas. Además, el poder judicial se ha levantado contra el Ejecutivo y el poder económico amenaza con desinversiones si no se les rebajan los impuestos.

Pero el mayor desafío proviene desde el mismo partido que llevó al gobierno al presidente Pedro Sánchez: Podemos. Este partido, fundado por Pablo Iglesias y actualmente liderado por Ione Belarra, ha roto con la coalición y amenaza con abrir un nuevo foco de desestabilización.

Podemos ha sufrido una decadencia considerable desde su irrupción en la política española en 2014. De los 69 diputados que obtuvieron en 2015, ahora solo conservan 5. Aunque estos 5 diputados son clave para la supervivencia del gobierno de coalición, puesto que entre el PSOE y Sumar suman solo 147 escaños de los 175 necesarios para aprobar leyes.

A corto plazo, el gobierno no peligra, ya que Podemos ha dado garantías de que no pretende hacerlo caer. Sin embargo, las alarmas están encendidas para el medio plazo, ya que se espera una guerra civil en la izquierda, que se manifestará pronto en las elecciones europeas del próximo junio. Las tres fuerzas de izquierda (PSOE, Sumar y Podemos) se enfrentarán entre sí, lo que beneficiaría a la derecha, que busca deslegitimar al gobierno progresista.

La ruptura entre Podemos y Sumar era esperada, dado los desencuentros personales y políticos entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz. Desde que Iglesias abandonó la política en 2020, nombrando a Díaz como sucesora sin su visto bueno, se generaron tensiones. Díaz, que nunca ha sido militante de Podemos, optó por colaborar más estrechamente con el PSOE, lo que indignó a Podemos, que buscó enfrentarse aún más. La construcción de la plataforma política de Sumar, a la que también se unió Mas País, hizo la ruptura irreversible.

La tradición fratricida de la izquierda española resurge una vez más en este escenario. La historia demuestra que en momentos de embate de la derecha, la izquierda suele enfrentarse entre sí. Aunque no estamos en una guerra civil literal, la izquierda se enfrenta internamente cuando la derecha más extrema prepara su ofensiva.

En resumen, el gobierno de coalición de izquierdas en España enfrenta retos tanto desde la oposición derechista como desde su propio flanco izquierdo con la ruptura de Podemos. La estabilidad a corto plazo está asegurada, pero se espera una guerra política en la izquierda en el futuro cercano. Para estar al tanto de los últimos acontecimientos, visita Uni2Noticias y continúa informándote.