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- 11/03/2021
Eres magia-La normalización de la violencia, la cultura de odio y la cancelación

¿Algún vez te has preguntado por qué es más fácil “cancelar” a alguien que darle la oportunidad da cambiar? Vivimos en una era en donde la tecnología, en especial las redes sociales se han vuelto parte de nuestra estructura y funcionamiento social. Tanto así que ésta va a determinar cómo evaluamos y valoramos a una persona, por ejemplo, con su número de likes y su número de seguidores.
Los post, las historias, los reels, todo lo vivimos como la esencia completa de la personal. ¿A qué me refiero?, a que a veces pasamos tanto tiempo en las redes sociales (más aun en pandemia) que hasta cierto punto creemos saber y conocer a la persona completamente, tan solo de lo que nos decide compartir en sus redes sociales. Eso es una concepción completamente falsa que hemos decidido tomar como cierta y no solo eso, pero hemos decidido normalizarla. Ahora, una vez alguien comparte tanto su vida y sube tanto de números decidimos darle el nombre “influencer”. Naciendo de la idea de que ellxs influencian al espectador a “ser” como ellx, “verse” como ellxs, o querer tener “la vida de ellxs”. Entonces se consume los productos necesarios para tratar de alcanzarlxs.
Muy bien teniendo en mente estos conceptos, ¿cómo entra en esta imagen la cultura de odio y la cancelación? Bueno, durante los últimos años nos hemos podido dar cuenta de algo que siempre ha existido pero que con el pasar de los años crece, el rechazo y la discriminación. Pareciera que con el tiempo lo único que cambia es el incremento de grupos minoritarios los cuales son discriminados. Si nos remontamos muy atrás en nuestra historia, siempre han existido estas minorías, rechazadas por grupos bastante grandes llamadas mayorías. Un ejemplo: las mujeres.
Desde tiempos inmemorables y en varias culturas vistas como el “sexo débil” y siendo puestas por debajo del hombre, el hombre conocido como él opresor; de acuerdo al patriarcado, sistema en el que se vive en la mayoría de los países. Otra minoría víctima de la cultura de odio, la comunidad LGBT+, que volvamos a la historia, desde tiempos inmemorables se escribe sobre parejas homosexuales siendo castigadas y rechazadas, tomemos a los Nazis por ejemplo. Mi último ejemplo, por ahora, las personas de color y el Ku Klux Klan. ¿Logramos ver el patrón? Minorías + opresores + odio = grupos de odio y violencia (injustificada, es crucial hacer este hincapié). Estos solo fueron una pizca mínima de ejemplos pero si buscamos, podemos obtener miles ejemplos a lo largo de la historia de la humanidad.
Sin embargo, actualmente nunca había estado tan, pero tan normalizado el odiar, el rechazar y el violentar. Ojo con la última palabra. Quizás si hubiese sido una mujer de color en los años de Martin Luther King, mi opinión sería diferente. Pero desde donde estoy parada en el 2021, puedo observar una sociedad que normaliza peligrosamente el odio y la violencia.
Ustedes creen que es coincidencia que hoy en día no solo tengamos pero utilicemos cotidianamente los términos: machismo, racismo, clasismo, homofobia, gordofobia, lgbtfobia y la lista sigue. La diferencia más crucial está en que no solo existe el rechazo a las minorías, si no que éste está permeado por odio. De ahí, mucha de la violencia y poca tolerancia que vemos día con día. ¿O será coincidencia que en México existan 10 feminicidios diarios?, ¿Alrededor de 20 violaciones diarias?, ¿Qué de los números más altos en violencia física se encuentre a las mujeres indígenas en México?, ¿Que de los número más altos en suicidio estén en las mujeres transgénero? Yo no lo creo. Ahora si bien estas estadisticas se ven mucho más en las minorías, los hombres cisgénero, blancos, no se salvan de la cultura de odio y de la cancelación. En su mayoría son ellos quienes perpetúan esta normalización de la violencia, porque en su mayoría son elos quienes violentan. Pero debido a que tdoxs estamos inmersos en la misma sociedad y cultura. Todxs tenemos responsabilidad y en cierta medida también la perpetuamos.
Bueno hemos hablado mucho de la famosa cultura de odio, pero bien ¿qué es? Es un aspecto cultural en donde se normaliza la utilización de la violencia para hacer saber el rechazo a cierta persona o comunidad. Lo peligroso es que se ha vuelto el primero recurso que utilizamos. Recordemos que cuando hablamos de violencia no solo hablamos de violencia física pero también psicológica y emocional, como el bullying, los insultos, las amenazas, etc.
Otro aspecto fundamental de esta cultura de odio, es que hemos llegado a un punto como sociedad donde nos hemos perdido el respeto unos por los otros. Muchas veces hablamos desde cierto privilegio llámese género, estatus social, o color de piel. En donde nos encontramos en una posición donde creemos que por este mismo privilegio le podemos faltar al respeto al otro. No nos vemos como iguales los unos a los otros, existimos en un sistema piramidal en donde hay unas personas por encima de otras. Y en vez de sentirnos mal y tomar responsabilidad; lo sentimos como si fuera nuestro deber, e incluso se nos dificulta ver el error de nuestros actos.
Ahora, ¿cómo se ve esta cultura de odio que traemos arrastrando desde hace muchos años y que se ha ido acumulado, y como se ve hoy en el concepto de cancelación? Simple, estamos tan predispuestos a rechazar que ya ni siquiera está en nuestra mente el perdonar, aceptar y tolerar. No existe espacio para el cambio. Si alguien con alcance como un “influencer” comete algún error, y lo más importante se da cuenta de éste, e intenta arreglarlo (porque recuerden una disculpa solo sirve si hay una propuesta de cambio). Ya como sociedad, ni siquiera tomamos esto a consideración, no, se cancela y “ya no quiero escuchar nada de esta persona”.
Es una “mala persona”, ¿por qué es más fácil rechazar, discriminar e incluso odiar, que dar una segunda oportunidad, que dar oportunidad al cambio? Porque es nuestra cultura, no estamos acostumbrados ni a perdonar, ni a tolerar, ni aceptar la idea de que alguien puede cambiar. Pero si, decidimos normalizar el rechazo y la violencia. Creo que como sociedad tenemos que parar y reevaluar cuáles son los valores e idolologías que queremos que nos rijan. Y también reflexionar sobre qué nos ha llevado a estar en donde estamos. Porque reitero es responsabilidad de todxs.