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- 25/02/2021
Eres Magia La paradoja de las emociones

“Nos encontramos en un parteaguas en donde es necesario resignificar y modificar la relación que tenemos con nuestros sentimientos y emociones.”
Los humanos somos como una olla de cocción exprés, y nos vamos llenando de emociones y sentimientos evocados por nuestras vivencias cotidianas. La sociedad nos enseña desde pequeñxs a que existen emociones “negativas” y “positivas”. Por ejemplo, catalogamos el enojo, la tristeza, la ansiedad, los miedos, entre otros como “negativos”. Por otro lado, tenemos a la felicidad, la euforia, la paz, la pasión dentro de las “positivas”. Lo primero que debería de salir volando por la ventana son estas etiquetas, que si bien, esta dentro de nuestra naturaleza humana catalogar y etiquetar. Tiene una razón biológica de ser, y es que nuestro cerebro disfruta mucho automatizar procesos y si tengo todo encasillado, es mucho más fácil funcionar. Pero estas estrategias ya no nos están sirviendo. Al contrario, nos encontramos en un parteaguas en donde es necesario resignificar y modificar la relación que tenemos con nuestros sentimientos y emociones. ¿Cómo hacerlo? Comenzando por quitar las etiquetas, las emociones y sentimientos, son solo eso, emociones y sentimientos, ni malos ni buenos. Este es el primer gran cambio de este paradigma.
Analicemos un poco más a profundidad ¿Porqué ya no nos esta sirviendo, la relación que tenemos con las emociones actualmente? Recordemos cuando éramos pequeñxs. ¿Recuerdas cuando estabas feliz que te enseñaron a hacer? Festejar, comprarte un regalo, un abrazo, una fiesta, una sonrisa, aceptación, un apapacho o alguna otra recompensa. ¿Recuerdas cuando estabas triste que te enseñaron a hacer? La famosísima frase “ya no estés triste”, otra frase clásica “ya no llores”. ¿Qué nos enseñan? A negar la emoción, a rechazarla y a evitarla. Lo mismo pasa con un sentimiento un poco más complicado como la ansiedad. Somos tan ajenos a ella que muchas veces no sabemos ni nombrarla, ni como se siente, ni qué es, mucho menos como manejarla. ¿Cómo esperamos aprender a manejar nuestras emociones si ni siquiera las conocemos? ¿Qué pasa cuando alguien se siente ansiosos? Es desvalidado “Ya tranquilízate a todxs nos pasa”, “no es para tanto”. Cuando no es que no quiera es que en realidad no puedo tranquilizarme y cuando si es para tanto. También es un tema de falta de empatía en la sociedad, pero eso lo dejaremos para otro día.
Unas emociones la aceptamos e incluso la esperamos. ¿Las otra? Las evitamos. La ironía de la historia, ambas son efímeras, ambas van a presentarse en nuestra vida un sin numero de veces, las dos van a ir y venir ¿Lo más curioso? Todas las vamos a tener que sentir si o si. Sin embrago, con una vamos a tener una relación “negativa” y con la otra “positiva”. ¿La buena noticia? Esta en nuestro poder cambiar como nos relacionamos y cambiar la dinámica que tenemos con nuestros sentimientos, porque finalmente, son nuestros. ¿Para qué cambiar la relación? Simple, para ser humanos mucho más funcionales, para conocernos mejor y para saber como manejarnos de manera más efectivas. ¿Cómo sería un mundo en donde yo no le tuviera miedo a mi ansiedad? ¿Cómo sería mí mundo si yo supiera manejar y quizás algún día superar mis miedos? ¿Cómo sería un mundo donde yo encontrara mejores maneras de sacar mi enojo? Dejando la impulsividad y las explosiones atrás. Sin duda uno mejor para mí y por ende para la sociedad.
La pregunta del millón ¿Cómo puedo empezar a cambiar? El primer paso siempre va a ser querer hacerlo. Ya que podrías pensar que no tiene nada de malo catalogar así tus emociones, y también se vale. A quien si quiere cambiar, le digo lo siguiente: ya estamos a la mitad, la motivación al cambio es un excelente inicio. Ahora lo que sigue es reflexionar y automonitorearse. ¿Qué es esta ultima palabra? Hace referencia a la capacidad intrínseca de cada persona de conocerse mejor y de identificar sus pensamientos, conductas y sentimientos referentes a una o varias situaciones. ¿Porqué van a ser cruciales? Pues ahora tenemos un trabajo bien complejo que es reconectar con nosotrxs mismxs y conocernos mejor.
Lograr identificar cuando estamos sintiéndonos mal por algún sentimiento displacentero, el miedo, por ejemplo. También vamos a comenzar modificando la terminología que utilizamos y será mejor cambiar “negativo” por displacentero, porque es lo que son. Claro que incomodan e incluso puede llegar a causar efectos físicos como dolor de panza, sudoración o dolor de cabeza y eso tampoco los hace “malos”, solo poco placenteros. Ahora lo que vamos a hacer diferente es sentir la emoción, sentir el sentimiento, no vamos a evitar y no vamos a huir. Si, va a ser bien difícil, pero entre mas hagamos esta práctica, cada vez será “menos difícil” o “más fácil”. Y es así como vamos a comenzar poco a poco a relacionarnos diferente con nuestras emociones: TOLERANDO Y ACEPTANDOLAS.