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- 11/03/2021
¡Fuera cadenas!-Está en nosotros

Seguimos peleando por las garantías más básicas de la vida en sociedad: seguridad personal. La falta de seguridad no nos permite continuar con nuestra vida con normalidad. He estado muy atento del movimiento feminista, con mayor razón en estas últimas fechas. He leído más textos, comentarios y publicaciones en redes relacionados con el movimiento, y algo me impactó: en México el feminismo pelea porque deje de haber feminicidios; en otros países, porque se les reconozcan derechos como el aborto seguro. Es decir, aquí se pelea por lo más básico de todos los derechos: poder vivir.
Es preocupante que aquí sigamos enfrascados en el primer paso, mientras el resto del mundo occidental busca otra clase de derechos: derechos sociales. ¿Cuándo nos perdimos?, hace más de cien años peleamos una revolución por el reconocimiento de derechos sociales, y, ahora, vemos un movimiento social que busca la protección al más básico de los derechos. Incluso, al día de hoy continúan en incremento las incidencias de feminicidios.
Me queda claro que hemos fallado todos como sociedad. Hemos dejado pasar acciones que representan violencia de género, creyéndonos que ello era gracioso o que “nos hacía más hombres”. Tratamos de callar a la mujer desde el hogar hasta en los lugares de trabajo, no se diga en las posiciones de poder. Hoy, todas esas acciones sexistas nos tienen donde estamos parados: en un país inhóspito para las mujeres. Un país en el que ser mujer representa un riesgo.
Nosotros los hombres tenemos un deber: ser conscientes de que somos machistas, en diversas medidas, pero lo somos. Es nuestra obligación identificar las acciones misóginas tanto propias como de las personas que nos rodean y debemos cambiarlas. Está en nosotros erradicar la violencia en contra de las mujeres, a final de cuentas, nosotros hemos sido la causa de ella. Desde mi experiencia, tener la confianza de platicar con una amiga cercana respecto de mis dudas e inseguridades en relación a este tema me ayudó a abrir los ojos. Empecé a identificar mis mismos actos machistas: interrumpir a las mujeres cuando daban una explicación, por ejemplo. De ahí, al empezar a abrir los ojos, sigue buscar la inclusión femenina en las áreas que son acaparadas predominantemente por hombres… y, muchas veces, por hombres que ni son capaces.
Entonces, queda en nosotros erradicar la violencia de género; está en nosotros abrir los ojos y hacer algo para tener un mundo justo en el que toda persona pueda disfrutar de su vida sin temor.