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- 02/06/2021
Retrato Ormeta-Mientras más cerradas son las elecciones más probables las impugnaciones

En México, cada elección representa un reto para la justicia electoral. En efecto, por regla general cuando las elecciones son muy reñidas terminan ante los escritorios de los tribunales para dilucidar al triunfador de la contienda.
Desde la elección de presidente municipal hasta la elección de la Presidente de la República tienden a judicializarse cuando el margen de victoria es muy estrecho, esto es, existe la presunción entre los mismos contendientes de que si perdieron por un poco margen fue debido a violaciones a la ley, por lo cual, resulta crucial acudir a los tribunales electorales para revertir ello.
Así, la anterior presunción es alimentada por la propia ley electoral que es clara al mencionar que una derrota o victoria por un margen menor al 5% por ciento, tiene que revisarse con lupa, pues desde los temas de gastos de campaña hasta el conteo en las casillas electorales pueden ser factores que influyeron en la victoria de una propuesta y en la derrota de otra.
Esto es, si hubo un rebase de tope de campañas de un candidato o si hubo irregularidades en las casillas, puede ser un factor determinante para anular la elección si el triunfador de esta obtuvo menos del 5% sobre el segundo lugar. De ahí que, en las elecciones reñidas surja la válida presunción de que las violaciones a ley electoral permitieron el triunfo o derrota de una propuesta política.
Sí, cuando el margen de victoria es estrecho, ciertas irregularidades en las elecciones pueden constituirse como factor determinante para no validar los resultados electorales, lo cual, es complicado analizar y saber cuándo son elementos determinantes, pues en cada elección siempre hay irregularidades como pueden ser desde el tema de que no pudieron instalarse algunas casillas hasta temas de falta de fiscalización de los candidatos.
Por ende, siempre es un reto para los tribunales dilucidar con mucho detalle las pruebas que presentan los interesados en revertir los reñidos resultados que arrojaron las elecciones, ya que, al presentarse las susodichas irregularidades, se deben desmenuzar con pericia para saber si influyeron o no en el voto popular.
De tal forma que, si las elecciones tienden a ganarse por un margen al 5%, la lluvia de impugnaciones es predecible. Y viendo el mapeo electoral nacional, las impugnaciones para revertir los resultados electorales serán regla mayoritaria, pues desde el cargo municipal hasta la gubernatura no pintan con tintes de apabullantes victorias, salvo ciertas excepciones.
Sí, el panorama luce difícil para la justicia electoral, pues lo viene a complicar el hecho de que muchas veces hay malos perdedores en las contiendas que alegan a los cuatros vientos supuestos fraudes, pero a la hora de probar sus dichos en las demandas, son incapaces de presentar una sola prueba para confirmar su palabra. Y más aún, estos malos perdedores son los menos pero los que más denigran a la justicia electoral y en general a la democracia.
Por ello, es vital para la democracia que salgamos a votar con la confianza en la justicia electoral y en nuestras instituciones, y sobre todo, con la conciencia clara de que en las elecciones se gana y se pierde porque lo decidieron así nuestros vecinos, nuestros paisanos.
Aunque, las elecciones sean reñidas, no seamos parte de esas voces que exigen los triunfos electorales en los tribunales y no en las urnas, lugar en donde sólo se gana o se pierde.
Omerta: En varios estados de la República, se cierran las elecciones para las gubernaturas. Si en un inicio se preveía un triunfo apabullador del partido oficial, en estos cierres de campaña, parece ser que ya no se ve tan clara su victoria…