Se tenía que decir – “¡Precaución! Punto de no retorno”

Muchas veces el ser fatalista no es la mejor manera de abordar cualquier problemática, pero en algunos casos uno tiene que reconocer que las circunstancias lo acorralan a ello. Me refiero a los hechos que están delineando lo que puede ser un punto en el que ya no haya vuelta atrás.
 
Un punto en el que la división de poderes será un recuerdo y viviremos una realidad en la que suceda lo que ordene un cacique en un palacio. Un punto en el que ya no importará por quien vayas a votar ya que al final no existirá un órgano electoral independiente. Un punto en el que el Congreso será un club de paleros que se convertirá en un paso inservible previo a las publicaciones del Diario Oficial de la Federación. Por último, llegaríamos a un punto en el que la justicia será una herramienta destinada a perseguir a las personalidades incómodas del régimen.  
 
Los contrapesos se establecieron para que en el tablero participen tres jugadores: el ejecutivo, el legislativo y el judicial.  En los últimos meses hemos visto como el cacique de nuestro palacio está moviendo las piezas en el tablero para conseguir que los otros jugadores ya no tengan posibilidades de influir en la toma de decisiones.
 
Esta semana la Cámara de Diputados hizo realidad una Reforma Judicial que a todas luces es inconstitucional. Se aprobó un transitorio que busca que “quien ocupe la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal durará en ese encargo hasta el 30 de noviembre de 2024”, y este regalito aumentaría dos años más en su encargo al actual presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
 
Textualmente en nuestra Carta Magna, en su artículo 97 se estipula que: “Cada cuatro años, el Pleno elegirá de entre sus miembros al Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el cual no podrá ser reelecto para el período inmediato posterior”. Este es un precedente peligroso, ya que por medio de un transitorio en una Ley Secundaria se viola la supremacía constitucional pudiendo dar entrada a que cualquier otro cargo sea “extendido” sin violar el principio de la “no reelección”. 
 
Ya será momento de que se presente una acción legal frente a la Suprema Corte y sean ellos juez y parte en el veredicto final de esta ampliación del periodo de su Presidente. Hay que recordar que la misma Suprema Corte que avaló el “concierto de inconstitucionalidades” referente a la “consulta contra expresidentes” sería la misma que determinará la legalidad de este asunto.
 
La única manera de evitar que estos sucesos sigan atropellando el juego de nuestro tablero es, reforzando a nuestro poder legislativo. Debemos garantizar que en la Cámara de Diputados gane una fuerza política que permita detener ese tipo ocurrencias que contravienen la Constitución y que dejan en claro que es posible contar con legisladores a quienes no les importa darle la espalda a una Carta Magna que juraron respetar. 

Muchas veces me han preguntado ¿por quién debemos votar? para evitar llegar a ese punto de no retorno. 

Lo único que puedo compartirles es que existirán tres bloques en su boleta a la hora de emitir su voto: Bloque 1, Morena, Partido Encuentro Solidario (PES), Fuerza por México, Redes Sociales Progresistas (RSP), Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT).

Bloque 2, PAN, PRI y PRD; y, por último, el bloque 3, Movimiento Ciudadano (MC).
 
Ya será cuestión de ustedes decidir cómo quieren que se juegue nuestro tablero después del 6 de junio. 

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