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- 22/06/2021
Breve, pero a fondo-No lloren, ahí está su Disneytitlán

En México todo puede pasar, muchas cosas son posibles gracias a la imaginación de su pueblo, que a diario sale adelante con imaginación y mucha creatividad, aún en las peores tragedias. Obviamente, sus líderes y gobernantes también encaran muchos de los problemas, aunque no siempre los resuelven, con esas herramientas que hacen versátil al mexicano.
Sin duda, el ciudadano de a pie lo que demanda es solucionar los grandes problemas que enfrenta a diario, como el desempleo y la inseguridad, y que las propuestas sean producto de ideas inteligentes, viables y resolutivas. Pero qué es lo que tenemos: ocurrencias, que más que provocar el enfado de la gente, detonan la carcajada y la burla. El ejemplo más reciente, levantar de entre las cenizas de lo que sería el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, un Disneytitlán o de plano un nuevo Tenochtit-Land.
Y mientras en Palacio Nacional cuajan estas grandes ideas, el país vive no en un sueño, sino en una larga e interminable pesadilla.
Apenas horas después de que el presidente concedió turnar a especialistas la propuesta de revivir Tenochtitlan al estilo Disney, en Reynosa, Tamaulipas, un comando incursionaba por calles del oriente de esa ciudad abriendo fuego con fusilería dando muerte a por lo menos una veintena de personas. El tableteo de las armas de alto poder se escuchó más de tres horas, según los testimonios de testigos y familiares de las víctimas. La refriega, afirmaron autoridades locales, por la conquista de territorios.
Pero la violencia no para en todo el país y los homicidios dolosos siguen si freno. Las cifras crecen. De enero a mayo del 2021, se registraron 14 mil 243 homicidios dolosos en todo el país, de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública federal. Sólo en el mes de mayo, se contabilizaron dos mil 963 casos. Y por si fuera poco, el mes pasado se documentaron 98 feminicidios, 20 más que en abril, un aumento del 25.6 por ciento.
Pero si se observa esta cifra de enero a mayo, los casos ascienden a los 423, mientras que en el mismo periodo, pero del 2020, el número de feminicidios fue de 395. Así las cosas. Entonces, pensar en un Disney en los terrenos de Texcoco, cuando las entrañas del país hierven por una violencia sin control, parece más que una ocurrencia, una locura, por decir lo menos.
Así han transcurrido dos años y medio de este gobierno, con ideas estrafalarias que no sirven para empujar al país hacia su desarrollo, para salir lo más pronto posible del estancamiento en el que se encuentra. Ni pensar en que la clase media se convierta en ese motor que necesita nuestra economía o que la educación sea la mejor arma para abatir la pobreza y la marginación.
Estudiar una licenciatura o alcanzar otros niveles educativos, maestrías o doctorados, no sirve de nada, solo para el abuso, el enriquecimiento y la explotación. A los estudios profesionales ya se les declaró la guerra desde ese despacho aterciopelado de Palacio Nacional. Así que hay que acostumbrarnos a un país sin aspiraciones, donde todo se quede como está. Cuando menos existe la posibilidad de que llegue a buen puerto la extraordinaria idea de construir un Disneylandia en Texcoco y tener ya como huéspedes permanentes a Mickey o al Pato Donald, y podrán vivir aquí en santa paz, en tanto que alguien no le diga al inquilino de Palacio que esos dos personajes pueden también confabularse en su contra y poner en riesgo la estabilidad del país. Puede pasar.
En tanto, se vale soñar, pero no aspirar, acuérdense que eso es casi un pecado en esta administración, y llevar la contraria podría desatar la ira del mandamás.
Mejor dejemos así las cosas y que proyectos tan visionarios como revivir Tenochtitlan ahora conocida como Tenochtit-Land se concreten. Nos conviene pensar en Disneytitlán y no en la violencia, la inseguridad, el desempleo, y muchos menos en crecer y superarse, eso ya está vetado y cualquier desafío puede molestar la paz en el Olimpo.