¡Fuera cadenas!-No hay magia

No aparecen por arte de magia.

Tampoco se mantienen por magia.

Las libertades son conquistas que los ciudadanos tenemos frente al arbitrario. Tenemos muchas garantías frente a él, tenemos que cuidarlas. Una de esas garantías es la judicatura.

Por alguna razón, en ratos de ocio me pongo a ver videos de diversos temas; a veces, algunos definitivamente nada sustanciosos; a veces, de música; a veces, de historia; a veces, de política. Hace poco miraba un vídeo de una cumbre de las américas celebrada en Argentina del 2005. Es curioso ver cómo desde entonces -y seguramente desde mucho tiempo atrás- discutían sobre el desgaste del modelo neoliberal, pero también del problema del populismo.

Cuando llegó su turno, y después de dejarnos claro que se moría de hambre, el entonces presidente de los Estados Unidos dijo que no puede haber crecimiento económico si no se respetan los tres pilares de la democracia: libertad de expresión, libertad de culto y una judicatura independiente. ¿Yo?, no pongo en un pedestal al presidente Bush, pero sí tiene un buen punto allí.

El judicial es quien escucha nuestros reclamos por justicia; muchas veces, se le pide protección frente al poderoso, pues, el poderoso es injusto, y, por ello, tenemos la oportunidad de acudir ante un juzgador a hacer valer nuestros derechos. El juez habrá de escucharnos y decirnos si tenemos la razón o no. Y ahí es donde radica la importancia de la independencia del judicial. Imagínese que el poderoso influye en el ánimo del juez, y, por esa razón, se le niega un derecho legítimo a quien implora justicia. ¿Verdad que sí tenía un buen punto el señor Bush?

Estos días sonó más de lo que debería una resolución de un juez de distrito, quien tuvo la dicha te conocer de un amparo promovido por un abogado amigo mío en contra de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica de este año. El juez, en ejercicio de sus facultades constitucionales para proteger derechos, suspendió con efectos generales la ejecución de la reforma publicada el 9 de marzo pasado… le llovió al señor juez Gómez Fierro.

Si bien considero que los efectos generales de la suspensión me parecen excesivos, he de destacar la valentía del juez para dictar esa resolución. Se generó una reacción muy tóxica por parte del ejecutivo en contra de esa resolución. Jurídicamente, la suspensión con efectos generales puede sostenerse, pero, a decir verdad, yo veo más argumentos para que esos efectos sean revocados. Sin embargo, reprocharía que la suspensión con efectos generales sea revocada por un capricho y no por argumentos jurídicos que, insisto, existen.

No hay magia aquí, hay argumentos… ojalá se vean argumentos.