La crítica situación del periodismo en México: violencia y amenazas

El periodismo en México se encuentra en una situación crítica. Según diversas organizaciones que defienden la libertad de expresión y protegen a los periodistas, esta profesión está siendo víctima de una agresión sin precedentes. Tanto el crimen organizado como el presidente López Obrador representan una amenaza para los periodistas.

En el país se vive una forma de guerra civil que las autoridades y la sociedad se resisten a reconocer. Los gobiernos ignoran esta realidad debido a que la inseguridad es un reflejo de su fracaso en la protección de los ciudadanos. Por otro lado, la sociedad se niega a aceptar esta terrible situación por impotencia y la ausencia de autoridad. Se estima que para finales del gobierno actual, habrá 250,000 víctimas entre homicidios dolosos y desapariciones.

Los periodistas tampoco son ajenos a la violencia. Las cifras de periodistas asesinados son propias de un país en guerra, convirtiendo a México en uno de los lugares más peligrosos del mundo para ejercer esta profesión fundamental para una sociedad libre y abierta. El secuestro, la intimidación y la extorsión son prácticas comunes en diferentes partes del país. Esto ha provocado que muchos periodistas abandonen su profesión y que se deje de cubrir la información relacionada con el crimen organizado.

La indiferencia gubernamental ante esta situación es alarmante, según denuncian diversas organizaciones defensoras de periodistas y de la libertad de expresión. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) brilla por su ausencia en la protección de uno de los derechos fundamentales y en la salvaguarda de la libertad de expresión.

En este contexto, resulta inexplicable que el presidente López Obrador agreda constantemente a los periodistas, a pesar de invocar la libertad y autodenominarse defensor de un proyecto humanista. Es contradictorio que alguien que debería valorar y respetar la labor periodística ofenda, insulte y ataque a los periodistas.

La libertad de prensa, de expresión y de asociación han sufrido un grave deterioro. Esta situación no solo afecta a los profesionales del periodismo, sino también a las empresas de medios de comunicación. Resulta frecuente que el presidente exculpe a los empresarios de medios y los califique como “buenas personas”. Esto puede ser interpretado como una forma de someter a los medios y hacer que se plieguen a los intereses del gobierno. Como consecuencia, la autocensura se ha convertido en una práctica común.

Cabe mencionar el caso de Ciro Gómez Leyva, quien hace más de un año fue víctima de un atentado. Afortunadamente, logró sobrevivir gracias a la protección divina y el uso de un vehículo blindado. Este caso conmovió a la sociedad mexicana y puso de manifiesto la crisis de seguridad y la agresión criminal contra los periodistas. A pesar de esto, el presidente no ha mostrado empatía hacia Gómez Leyva y, en cambio, lo ha insultado en repetidas ocasiones.

En general, el periodismo en México se encuentra en un estado de decadencia. La pérdida de la libertad de expresión en muchas regiones del país, donde prevalecen el homicidio, la intimidación y el secuestro, es el factor principal de esta situación. Sin embargo, siempre habrá periodistas valientes y comprometidos que honren el periodismo y luchen por la verdad.

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