Se tenía que decir – “Automatización de Empleos-Previsión, Dirección y Acción”

Se tenía que decir – “Automatización de Empleos-Previsión, Dirección y Acción”

En los últimos días se ha estado llevando a cabo en la Cámara de Diputados un Parlamento Abierto referente a la próxima Reforma Eléctrica, o como algunos la están bautizando, la “Contra-Reforma Energética de 2013”. Este ejercicio es otra muestra de cómo esta administración consistentemente enfoca sus políticas en temas que están quedando en el pasado o que eventualmente deberán desestimarse.

Tan es así que, en 2019 el uso de carbón para generar electricidad en todo el mundo cayó un 3%, una cifra récord en ese momento, y en el primer semestre de 2020 volvió a batir récords con una caída de cerca del 10% (Frost, 2020).

Así como es un hecho que cada vez más países están pensando y actuando sobre la transición energética a fuentes más limpias y eficientes. Esto es una muestra de que sus dirigentes están trabajando para lo que viene y no en lo que va.

En materia laboral se avecinan cambios agigantados en todo el mundo gracias al desarrollo de la Inteligencia Artificial generando un mayor índice de automatización de los empleos. La automatización de un empleo se produce cuando una máquina actúa como perfecta sustituta de una tarea en un proceso productivo que antes era realizada por la mano de obra de una persona.

El ganador del premio nobel en Economía y Catedrático de la Universidad de Columbia, Joseph E. Stiglitz y su colega Anton Korinek, en su trabajo titulado Steering Technological Progress, señalan que en la próxima década o dos con estimaciones de Carl Benedikt Frey y Michael Osborne (Oxford, 2013) cerca del 50% de los puestos de trabajo de Estados Unidos podrían ser automatizados.

Siguiendo esa misma tendencia, “un número considerable de tecnólogos va incluso más allá y predice que la Inteligencia Artificial alcanzará y luego superará los niveles humanos de inteligencia general en las próximas décadas (Kurzweil, 2005; Bostrom, 2014), lo que les permitirá realizar todos los trabajos de forma más barata que el coste de subsistencia de la mano de obra humana, y amenazará con hacer que el trabajo humano sea económicamente redundante.”

Considerando los elementos ya mencionados: ¿Qué sería de economías como la mexicana en donde la industria manufacturera es una de sus principales actividades productivas? Este es el tipo de preguntas que nuestros dirigentes se deberían de estar planteando HOY, porque mañana ya será muy tarde.

Para nuestro país, en 2019 la manufactura representó más del 15% de nuestro PIB. Además, emplea a más de 6 millones de personas, y existen cerca de 600 mil establecimientos que se dedican a esta industria (INEGI).

Stiglitz señala que, como sociedad, tenemos el poder de dirigir activamente el camino del progreso tecnológico en la Inteligencia Artificial para afrontar los retos que plantean nuestras posibilidades tecnológicas. Por lo que debemos de empujar a que nuestras autoridades, la sociedad civil y la academia preste atención ante esta realidad.

El progreso tecnológico representa nuevas oportunidades de desarrollo, pero también tiene repercusiones en el bienestar humano. Desde el punto de vista psicológico los empleos no sólo ofrecen ingresos, sino también identidad, orgullo y significado a las y los trabajadores (Anton Korinek, 2020).
De acuerdo con ambos economistas, las máquinas se consideran más fáciles de gestionar y mantener, aunque este cambio se haga a expensas de la eficacia de la producción. Por esta razón el sector empresarial se irá inclinando cada vez más por esta opción, haciendo irreversible la tendencia hacia la automatización del empleo.

Por lo tanto, en el debate de cómo deben plantearse los avances tecnológicos, es importante considerar la opinión de todos los sectores (privado, público, académico y el de las y los trabajadores) para que la innovación vaya teniendo un desarrollo integral resultando positiva para sus miembros.

La puesta en acción pudiera ser encaminada a maximizar algunas labores dentro del espectro de la mano de obra de las personas. Es decir, que los desarrolladores de Inteligencia Artificial centren sus esfuerzos en mejorar la productividad de los trabajadores con herramientas de esa índole.

Se trata de crear dispositivos dotados de Inteligencia Artificial que asistan a las y los trabajadores para complementar sus capacidades cognitivas y aumentar su productividad. “Estos dispositivos pueden ayudar a los trabajadores de las fábricas a realizar trabajos complicados que, de otro modo, requerirían una importante especialización y formación (Anton Korinek, 2020)”.

La automatización de empleos es inminente, pero para gestionar este reto es importante que los dirigentes comiencen a hacerse las interrogantes para que la innovación sea un elemento que beneficie a los empresarios, pero que también consideré la necesidad económica, psicológica y social que representa el empleo para las personas. “Un desplome del empleo generará un porcentaje de excluidos privados de lo elemental (Joan Ginebra, 2015)”.

Twitter: Santi_Ginebra
Facebook: Santiago G Campillo

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