- Lo Más RecienteOpinión
- 24/06/2021
¡Fuera cadenas!-El camino de las responsabilidades

El tres de mayo de este año pasó lo inimaginable: el colapso de un tramo de la línea 12 del metro de la Ciudad de México con el resultado de 26 personas fallecidas. Desde entonces, mucho se ha dicho con respecto a las responsabilidades de los servidores públicos que, de alguna forma, han tenido que ver con la administración del metro en la Ciudad de México desde el inicio de su construcción en el año 2008. Con justa razón, la sociedad pidió las renuncias de muchos servidores para así satisfacer su búsqueda de responsables. Sin embargo, actualmente aún no ha habido una determinación de responsabilidad en tal sentido… por lo menos oficialmente.
Creo que el camino que hasta ahora está tomando el gobierno de Ciudad de México es el idóneo. Desde un inicio, se tomó la iniciativa por parte de la administración pública de investigar el origen de la tragedia. De ese modo, plantearon empezar con un peritaje a cargo de la empresa noruega Det Norske Veritas (DNV) y así saber con datos científicos qué sucedió. Este peritaje será entregado y publicado por parte de las autoridades en tres etapas: primero, un informe sobre ingeniería que ya fue publicado por el gobierno de la ciudad; segundo, un informe sobre las reparaciones en el marco del sismo del 17, el cual se presentará el 14 de julio y, por último, un análisis del mantenimiento que se le ha dado al metro que se presentará el 30 de agosto.
Como era de esperarse, la primera entrega del peritaje sí mostró irregularidades estructurales con respecto al tramo del metro en el que aconteció la tragedia, el cual fue construido por Grupo Carso. Estas deficiencias fueron diversas: fallas en las soldaduras de pernos, problema en la porosidad y falta de fusión en la unión entre los pernos y las trabes, falta de pernos en las trabes que sostenían el puente y de equidistancia entre pernos, el uso de diferentes concretos, soldaduras mal realizadas o no concluidas, uso de “materiales ajenos” al diseño inicial de la obra y fallas en los recubrimientos. Aunado a ello, DNV verificó deformaciones y desplazamientos de las vigas y trabes previos al derrumbe. Es decir, la investigación que se está realizando empieza a darnos una luz de más o menos por donde se tiene que seguir investigando.
Si bien hasta ahora no ha habido responsables —por lo menos oficialmente hablando— creo que la investigación que se plantea es mucho mejor que ver rodar las cabezas de servidores públicos inmediatamente después de la tragedia. Lo que quiero decir es que la satisfacción inmediata de esa clase de responsabilidades podría concluir en injusticia e impunidad. Quizás sí habría una sensación de saciedad al enojo y reclamo social sobre lo acontecido, pero ello no equivale a que exista justicia. El camino que actualmente ha tomado la administración pública, si bien es largo y tardado, sí podría aclarar las responsabilidades que sí existen. Así pues, con una imagen más clara de qué pasó, se actuaría para exigir justicia.
También he de destacar la reunión que el día 22 de junio tuvieron en palacio nacional Claudia Sheimbaum y Carlos Slim con Andrés Manuel López. Sin detalle alguno con respecto a qué se trató en esa reunión, ésta se da tan sólo seis días después de publicado la primera entrega del dictamen pericial encargado a DNV. Parece que las indagatorias que se están haciendo sobre esto sí empiezan a tener efectos. Habrá que esperar las demás entregas, pues con base en ellas muy seguramente empezarán ahora sí a reclamarse responsabilidades.