Investigador explica coincidencias de sismos del 7 de septiembre de 2017 y 2021

La noche del martes se registró un sismo de magnitud 7.1 pero algo que llamó la atención de la gente fue que se registró el 7 de septiembre, la misma fecha que el fuerte movimiento de 2017.

El sismo de magnitud 7.1, con epicentro en Acapulco, Guerrero, sucedió en la misma fecha del sismo de una magnitud de 8.2, con epicentro en el golfo de Tehuantepec, a 133 km al suroeste de Pijijiapan, Chiapas.

El investigador del Servicio Sismológico Nacional (SSN), Víctor Cruz afirmó en entrevista para foro TV que se trata de una coincidencia, ya que “no hay ninguna razón que conozcamos, al menos los sismólogos en el mundo entero, por la cual los terremotos del 7 de septiembre del 2017 y el de hoy hayan coincidido el mismo día”.

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Señaló que hay investigadores que estudian “hasta dónde realmente hay una correlación lo suficientemente robusta entre la sismicidad calificativa y meses específicos del año para ver si existe al menos estadísticamente una correlación”.

De igual forma, dijo que también sería necesario hablar sobre las causas físicas que podrían explicar la coincidencia en las fechas de los sismos.

Asimismo, dio una explicación donde dice que los sismólogos llevan un calendario, el cual es arbitrario debido a que los movimientos de la Tierra no están sujetos a él, como procesos redinámicos internos.

“No hay razón alguna por la cual ocurrió este sismo como ocurrió el del 19 de septiembre de 2017, el mismo día que el catastrófico del 85, son probabilidades muy bajas, pero que existen”, insistió Víctor Cruz.

Sismos 19 de septiembre de 1985 y 2017

El 19 de septiembre de 1985 a las 07:17 un sismo de magnitud 8.1 azotó la Ciudad de México y 32 años después el mismo día pero a las 13:14 horas otro sismo de 7.1 volvió a golpear territorio mexicano.

Una de las diferencias del sismo de 1985 fue que ocurrió a poco más de 300 kilómetros de distancia cerca de las costas de Michoacán, mientras que el sismo de 2017 fue a 120 kilómetros al sur de la Ciudad de México, por lo que no hay comparación en cuanto a la energía liberada.

En 1985 se sintió el efecto de unas ondas superficiales que son las que viajan en la parte superior de lo que es la corteza y duran periodos más largos, el del 2017 ocurrió con las ondas de cuerpo que son las que se reciben directamente y son de alta frecuencia.