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- 07/02/2023
Ola de migrantes ecuatorianos en la frontera sur de México
De Guayaquil a Tapachula hay más de dos mil 300 kilómetros de distancia, siete países y cientos de historias de ecuatorianos que han tenido que salir de su país a causa de la violencia de pandillas coludidas por cárteles.
Los cobros de derecho de piso y las extorsiones han tomado por asalto a la segunda ciudad más importante de Ecuador.
La mayoría del flujo de sudamericanos es proveniente de esta ciudad, aunque Quito no está exenta de la estela de violencia que aprieta cada vez más.
La nostálgica idea que la selva del Darién sería el único infierno durante la ruta migrante, ha quedado obsoleta y ahora describen a Tapachula, Chiapas, como una sucursal del averno burocrático que tienen que vivir.
“Teníamos un negocio, una tiendita de abarrotes donde ganábamos unos 100 dólares (unos mil 800 pesos mexicanos) a la semana, pero las pandillas comenzaron a cobrarnos 500 dólares y no podíamos pagar eso; si no huíamos nos iban a matar”, explicó Cristian, quien viaja con su pequeña hija de cuatro años y su esposa con siete meses de embarazo.
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A Cristian no le queda más opción que esperar a que el Instituto Nacional de Migración (INM) le brinde los papeles de tránsito libre por México.
Al menos 500 migrantes duermen en los alrededores del parque Miguel Hidalgo en Tapachula. Lo hacen en el piso y, los más afortunados, en cartones o casas de campaña.
La nueva oleada migrante trae por bandera Ecuador. El albergue Jesús el Buen Pastor, liderado por Olga Sánchez, reporta un incremento en la llegada de ecuatorianos.
Sólo el sábado, 140 ingresaron en busca de un espacio para dormir. El viernes, unos 70 pidieron cobijo, y las cifras aumentan todos los días.