Retrato Ormeta-La caída del “Príncipe”: Un parteaguas en la historia del país

En la película del Padrino, el imperio del capo Corleone estuvo a punto de derrumbarse por la aparición del contrabandista de cocaína Sollozo, quien con el apoyo de las demás mafias italianas pensaba revolucionar la industria del crimen con la introducción en el mercado de un nuevo producto consistente en drogas, con ello planeaba que quedaran en su segundo plano los negocios de las apuestas ilegales y del contrabando de alcohol, situación que no le agrado al jefe Vito Corleone. Por esa negativa de permitir revolucionar el crimen, no sólo casi le cuesta la vida al “Padrino” sino también casi pierde su jefatura criminal por aferrarse a viejas prácticas que ya no eran acordes con la nueva dinámica del mundo criminal.

Una situación parecida es la que vivieron aquellos narcotraficantes fundadores del mítico Cártel de Guadalajara. Tanto Félix Gallardo como Ernesto Fonseca y Rafael Caro Quintero unificaron a las desorganizadas bandas criminales que imperaban en su momento, y convirtieron a su organización en una verdadera empresa con alcances nacionales e internacionales. A la sombra de la corrupción policiaca fueron tejiendo sus redes tanto empresariales como sus contactos gubernamentales, y con ello fueron acrecentando su presencia y extensión, consecuencia clara de que dichos capos eran buenos conocedores de las reglas políticas no escritas porque se centraron en su negocio sin molestar a civiles ni provocar actos violentos que afectaran a la ciudadanía. Todo era miel sobre hojuelas, la droga ni la violencia se quedaban en el país y el dinero llegaba a montones para ese insaciable monstruo que es la corrupción.

Sin embargo, la ambición es un gusano insaciable que llega a consumirse a sí mismo, pues los tres capos dejaron a un lado su negocio fuerte de marihuana y comenzaron a comercializar otro tipo de productos, situación que llamo la atención de las agencias norteamericanas que no veían con buenos ojos la expansión atómica de ese cártel. Peor aún, la evolución del negocio se daba justo cuando el mundo comenzaba a cambiar radicalmente, el derrumbe de las naciones socialistas, el incipiente auge de un nuevo modelo económico como el neoliberal y un sistema político mexicano cada vez más incapaz de digerir sus propias crisis fueron un escenario muy inestable para un poder oscuro de las drogas que estaba creciendo a pasos agigantados.

Sumado a esto, los intereses oscuros de la CIA, y con un miedo terrible a sufrir más pérdidas en su negocio por los incautos de la DEA, los tres capos quisieron actuar como si las condiciones fueran las mismas que los vieron nacer y cegados por una soberbia desmedida no comprendieron que la dinámica del juego había cambiado y que ya no podían seguir siendo aquellos gánsteres que hacían lo que querían sin consecuencia alguna. Ante tal situación, se les culpa de ser los artífices de que el agente Camarena de la DEA perdiera la vida -se encontraba en México justo investigando a los tres fundadores del cártel-, asesinato que cambió completamente la forma del negocio, pues fue tal la presión de Estados Unidos por encontrar a los responsables que el gobierno mexicano tuvo que cambiar su estrategia contra el narcotráfico para pasar de ser de tolerancia a combate frontal. Con este suceso, la convivencia con el narcotráfico dejo de ser pasiva.

Rafael Caro Quintero volvió a caer de nueva cuenta para seguir pagando por su pasado criminal. El “Príncipe” al igual que Vito Corleone sufrió el que la nueva dinámica del negocio los termino hundiendo porque se dieron cuenta muy tarde que su actuar no era acorde con las nuevas reglas para jugar. Caro Quintero y su proceder fueron un parteaguas en la historia del país, pues desde su caída comienza una lucha intestina por esa gallina de oro que ha resultado ser el narcotráfico.

Ormerta: Nada cayó bien en MORENA que el Tribunal Electoral sostenga un criterio bajo el cual, si se sanciona a un servidor público pueda quedar inhabilitado para ser candidato incluso inhabilitado para ser candidato presidencial.

CAL