- EntretenimientoOpinión
- 08/03/2021
Vibrando en un mundo joven-El impacto de los estereotipos de las redes sociales en la juventud
Hoy en día vivimos en la época de la comunicación, donde el crecimiento de la sociedad se produce a través del intercambio de datos.
En un principio su función era compartir información, sin embargo, los medios de comunicación han cambiado y se han convertido en manipuladores de la sociedad.
Las redes sociales se han encargado de generar estereotipos tan rápido como lo hacía antes la televisión. Empiezan a dominar los estilos de vida de las personas y en lugar de establecer un límite nos dejamos llevar y surgen así nuevos modelos de conducta.
Todos, alguna vez en nuestra vida hemos intentado encajar en un grupo social y para ello se deben seguir las reglas establecidas.
Tomemos como ejemplo a los Vloggers de YouTube, quienes dan tips sobre la manera de vestir en cualquier temporada y realizan estrategias de marketing para llegar al público. De esta forma, el prototipo que se crea de este personaje hacia sus seguidores aumenta poco a poco; su objetivo es que el público adquiera cierta admiración y quiera parecerse a la esencia que da a conocer el Vlogger, tanto en su forma de vestir, hablar y hasta su forma de expresarse.
En otras redes sociales como Instagram y Facebook también se manejan estos terribles estereotipos. En ellas, se publican fotos sobre las compras que hacen, lo que comen o incluso, dónde están; por lo que al dar «me gusta» a estas publicaciones se crea el modelo a seguir, mismo que la gente tratará de imitar todo lo que ve en estas.
Los estereotipos o modelos de personas y hasta cuerpos ideales con los cuales nos comparamos, o bien imitamos, aumentan poco a poco. Inicialmente, las mujeres eran más vulnerables a estos modelos (por comerciales de ropa, cosméticos, tratamientos de belleza, etc.), pero con el paso del tiempo tanto hombres como mujeres somos sensibles ante ellos.
“La Sociedad occidental le ha otorgado una sobrevaloración a la delgadez, lo que representaría una fuerte presión, especialmente para las mujeres jóvenes, a alcanzar este ideal de belleza, que se asemeja positivamente al éxito, inteligencia, belleza y atractivo sexual”. (Behar,2004)
En estos tiempos la gente tiene la creencia de que el peso corporal es importante para ser aceptado, para conseguir pareja y para escoger ropa. El aspecto físico es importante para sentirse valioso debido a la presión que ejerce la sociedad actualmente sobre la idea de un cuerpo “perfecto”.
Esto lleva a muchas personas a tener insatisfacción corporal, baja autoestima y lo peor de todo: síntomas de la conducta alimentaria y problemas psicológicos graves.
Pensamientos críticos y realistas.
En el panorama actual, se puede recibir mucha información sin que realmente las personas comprendan lo que ven. Se cuestionan sobre qué es lo que hoy en día se aprende y con lo que se quedan de cada cosa que leen, compran, siguen y promueven.
Pero ¿qué es lo que entienden?, En realidad, ¿se quedan con un aprendizaje, con un sentimiento o realmente con nada?
El ser crítico sobre la información que recibimos nos protegería ya que no seguiríamos esas fuentes, movimientos o creencias que nos pudieran dañar emocionalmente. Debemos saber separar lo que nos gustaría que pasara, de lo que en realidad sucede.
Hay títulos como ¿Google nos está volviendo más tontos? que muestran a la gente preocupada por lo que Internet le está haciendo a nuestra cognición. Algunos han hecho especulación sobre si el Internet se ha convertido en una especie de “disco duro externo” para nuestro cerebro, eliminando nuestra necesidad de aprender o procesar información.
Otros señalan las ventajas obvias de tener más información disponible para más personas que en otro momento de la historia. A medida que nuestras vidas se vuelven más cableadas, retrocedemos para ver qué tan profundas son las conexiones.
A finales de 1980, los investigadores de la comunicación empezaron a cambiar una visión de esta humana, misma que tenía una base más cognitiva. De este cambio surgieron algunas teorías, como “la revolución cognitiva”, que ahora son muy exitosas y buscaban describir cómo localizamos y procesamos la información.
Nuestro pensamiento heurístico se caracteriza por ser un aproximador tosco y listo que se basa en señales básicas. Este estilo de pensamiento cognitivamente menos costoso es nuestro predeterminado, aplicando estereotipos, modelos y reacciones viscerales al procesamiento de información. Por lo contrario, nuestro pensamiento sistémico es una mirada en profundidad a la evidencia donde interiorizamos la información y la conectamos con otras ideas.
En Reino Unido, hicieron un estudio muy interesante sobre las redes sociales y determinó que el resultado de ser facebookero o usar Instagramero, lejos de mantenernos conectados y de cumplir con ese propósito de comunicarnos con nuestros amigos ha originado sentimientos de frustración, tristeza y depresión porque ahora lo que vemos en estas redes es una vida falsa de personas que nos presentan un panorama de vida “maravilloso”, pero en realidad no viven lo que nos enseñan. El problema aquí, es que compramos el estereotipo que nos están enseñando pese a no ser verdad y aquí es donde empieza el problema, ya que la gente compite por tener lo que el estereotipo nos está enseñando y además, basamos nuestra felicidad o nuestra aceptación propia en un simple “like” y eso a la larga causa frustración en la gente que no lo recibe.
Lo que resulta preocupante es cuánta irrealidad y riesgo hay detrás de todo esto, por ejemplo, si vas a los mejores restaurantes o antros, si compraste el mejor producto para adelgazar, etc; implica un enorme compromiso, porque tú no sabes qué problemas pueden causar en la gente que está viendo el contenido y hasta puedes atraer a la delincuencia mostrando toda tu información y sobre todo la ubicación.
Según un estudio que se hizo en el año 2020, Instagram es la red social número uno en los adolescentes. El problema es que en esta etapa se busca una identidad y como hemos mencionado anteriormente, los estereotipos en esta red social están presentes a la orden del día y forman parte de un patrón social que ha sido aprobado y tomado en cuenta como un modelo a seguir, es decir; que los jóvenes y adolescentes pueden ser dirigidos de manera inconsciente por un prototipo de belleza a través de Instagram y a pesar de que algunos de esos conceptos han cambiado de generación en generación, los estereotipos siguen siendo los mismos.
A lo largo del tiempo, el término “belleza” se ha relacionado con la delgadez corporal; en Instagram sucede una cosa contraria.
Un ejemplo de esto, muchos de los usuarios siguen a las “Kardashian”, que además de compartir su lujosa y excéntrica vida, también, son tomadas en cuenta por muchos jóvenes como sinónimo de belleza y perfección. A pesar de que suena inofensivo que el “Glam Kardashian” tenga el mayor número de seguidoras, en Instagram se está haciendo más notoria la obsesión de las jóvenes que las siguen por querer parecerse a ellas.
Dicha obsesión las involucra a transformar su cuerpo y su rostro a través de cirugías plásticas y maquillaje en exceso; incluso, gracias a esta red se puede crear y mostrar una realidad distinta a la que viven, con el fin de buscar aceptación a través de los famosos likes y seguidores que van a servir como un medidor de qué tan parecidas son a este prototipo de belleza que se está rigiendo actualmente en Instagram.
Nos cuesta vernos al espejo y aceptar nuestro físico tal como es. Muchas veces nuestra mente confunde el “ver” con el “ser” y es por esto por lo que debemos proteger nuestra autoestima no sólo fijándonos en el físico de las personas, sino en su interior.
Te invito a dejar de juzgar las apariencias de las personas por no tener prototipos de Internet. Nunca se sabe qué realidad viven y, sobre todo, qué daño se les puede causar por un simple comentario elitista o superficial.
Mi consejo en esta era de la comunicación es que vivamos y dejemos vivir para intentar ser felices.