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- 07/11/2021
En Busca del Estado Perdido-Dos jaliscienses excepcionales
Este fin de semana dos extraordinarios jaliscienses llenaron de alegría a los mexicanos: Saúl “Canelo” Álvarez y Sergio “Checo” Pérez.
El sábado por la noche, El Canelo dio una cátedra de boxeo al fulminar en el onceavo asalto al estadunidense Caleb Plant, mostrando la grandeza de su pegada, técnica, pero sobre todo su determinación. Él, sólo frente a su oponente en un ring en medio de una arena pletórica, se requiere carácter.
Canelo Álvarez ha luchado contra sus detractores – afirman le ponen bultos, es un tronco- sin embargo, los hechos muestran que esos señalamientos son ajenos a la realidad. Es un verdadero espectáculo verlo pelear y una enorme emoción cuando gana. Hoy acaudalado, joven, sin excesos, inteligente, gran futuro en las empresas, se vislumbra como un claro ejemplo de lo que podemos ser, -aún en medio de la adversidad- a él, como a muchos, nada se nos ha dado.
Por su parte Checo Pérez nos regaló una enorme alegría dominical, inmerso en la F1, categoría de elite del automovilismo internacional donde acceden solo un puñado de seres humanos, arrancó en la posición 4o e inmediatamente se posicionó del Tercer lugar para adueñarse de él, siendo el primer mexicano en subir al podio en el Gran Premio de México.
La emoción era desbordada para quienes estaban en el Foro Sol como los que seguimos la carrera por televisión, ver su destreza, habilidad e inteligencia en el volante.
Saúl Canelo Álvarez y Checo Pérez, además de compartir el ser tapatíos, tienen como común denominador que su éxito es producto de su esfuerzo, disciplina y apoyo familiar. En ambos casos hay testimonios de la constancia, perseverancia, sufrimiento y entrega que empeñaron para llegar a la cúspide. No es ajeno -ellos se enorgullecen, lo hace público cuando pueden- de las dificultades tan graves que vivieron sus familias, como los dos en lo personal. Penurias económicas, viviendo en condiciones muy complicadas, pero con la firmeza de lograr su objetivo: Triunfar.
Canelo y Checo, en sus disciplinas deportivas, han alcanzado la cúspide; han hecho y hacen historia. No paran. Siguen invencibles, probando que todo se puede, que el único y grave obstáculo que tenemos los seres humanos son nuestras propias barreras mentales. El trabajo es vencerlas para llegar a la meta trazada.
Es curioso, Canelo ingresó a la Arena del MGM con la canción del “Rey” de José Alfredo Jiménez, cantada por otro jalisciense destacado Fernando “Fer” Olvera, líder del grupo tapatío “Maná”, una de las bandas de Rock-pop latinas más galardonadas e influyentes del planeta.
Los tapatíos haciéndose presentes.
Hace unas semanas no escribí, un sentimiento de impotencia me embargó al ver que no había temas que como mexicanos nos emocionen, que enaltezcan nuestro origen y nos motiven a salir adelante en lo individual, familiar, comunal.
Hoy fueron dos chavos, -no Mariano Otero o Ignacio L. Vallarta- sino Canelo y Checo, los que nos alegraron, nos motivaron, sin duda aún en la adversidad habrá, siempre, seres excepcionales.
Es falso el pretexto de los perdedores sobre el entorno y como este influyen en la formación de una persona, porque son pocos los que nacen en cuna de oro -los que por cierto- muchos de esos privilegiados son ejemplo del fracaso. Lo que distingue lo extraordinario de la mayoría es la determinación para lograr las metas ya sean familiares, de pareja, como padres, estudiantes, profesionistas, obreros, políticas, en todas las áreas de la vida, que se traduce en las ganas de llegar con lealtad y honradez.
Gracias Canelo, gracias Checo, gracias Fer Olvera, que vengan muchos más como ustedes o mejores aún.
Por lo pronto a disfrutar con un tequila y charales de mi tierra.
TFA