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- 10/05/2022
Enrique Metinides: El coleccionista de imágenes

Desde que tomó una cámara Brownie, por primera vez a los 11 años; Metinides fue bautizado como El Niño, el fotoperiodista más joven en su momento.
Desde entonces su cámara, que se convirtió en sus ojos, vio en terremotos, explosiones, crímenes y suicidios donde parecía que todo había terminado, una historia que apenas comenzaba.
Los azares de sus pasos inocentes crecieron apresuradamente hasta que al mirar en retroceso, pasaron 50 años.
“He visto tantos muertos que si los pusiera uno sobre otro formaría una montaña más alta que el Popocatépetl” declaró alguna vez para un diario colombiano.

El Niño, comenzó su carrera en el periódico La Prensa; que lo llevó por las historias más lugubres de la Ciudad de México. Migró a otros diarios como Zócalo y Alarma, más tarde.
En cada una de sus fotografías, la mirada inocente y curiosa de un pequeño, siguió siempre con él; pues aunque retrataba la imagen de la tristeza, su sensibilidad nunca se alejó de su labor y encapsulaba luz desde el respeto por los hechos lamentables.
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Él sabía lo que era correr peligro; entendía cómo de un momento a otro, las calles pueden ser tan generosas como temidas.
Los sucesos parecían elegirlo; se encontraba en los momentos exactos, por eso fue la primera persona en fotografiar la muerte del periodista Manuel Buendía, asesinado a los alrededores de Zona Rosa.
Su cuerpo soportó dos inicidentes en que fue atropellado, caídas de barrancos, ruptura de costillas, un infarto y riesgo letal entre balaceras, que según contó su experiencia, estuvo a punto de morir en 19 ocasiones. Así lo explicó en el Museo del Estanquillo durante la exhibición de su trabajo.
El trabajo le llevaba dobles turnos durante 15 días.

Hoy, tras su fallecimiento, se recuerda al pequeño que fue visto por Antonio Velásquez, el fotógrafo, en una estación de policías.
Al saber que en su cámara almacenaba fotos para su “colección”, Velásquez le llamó al día siguiente a mostarle su trabajo, sin saber que aquel compendio de particulares rostros en las calles, se convertirían en un álbum de imágenes de tragedia para México.
El Niño que miraba películas policiacas del vecino del Norte, logró fragmentar con esa inspiración, una película de acción en las calles de la Ciudad de México durante 50 prolongados años.
SMR