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- 26/08/2021
Eres magia-La famosa generación de cristal

¿Cuántas veces hemos escuchado e incluso enunciado esta frase? Pero realmente a que nos referimos cuando hablamos de una generación “de cristal”. Algunos la apodaron así debido a la creencia de que las personas que entran dentro de la nombrada generación, son persona “sensibles”, “exageradas”, y “que no aguantan nada”.
Como si estas personas fueran de cristal y se pudieran “romper con facilidad” respecto a comentarios, expresiones, ideas y pensamientos de otras personas. Muchas veces excusándose en argumentos como: “así siempre han sido las cosas y antes nadie decía nada”. Me atrevo a preguntarles algo queridos lectores.
Bajo esta lógica, ¿Ustedes realmente creen que porque algo lleva sucediendo o siendo de tal manera muchos años, lo convierte automáticamente y sin cuestionamientos en algo correcto, algo absolutista y que debería de continuar siendo? Hemos establecido previamente que una característica casi innata y de las pocas cosas que como humanos tenemos segura, es el cambio. ¿Cómo adaptarnos a una sociedad que esta en constante cambio, si no cambiamos?
Teniendo esto en claro, es necesario abordar un tema el cual no se habla como se debería. A veces, se cree que las personas que son catalogadas como “generación se cristal” son solo estas personas disruptivas y rebeldes que van en contra de la “norma” (haciendo referencia a la norma como lo “esperado” y cotidiano).
Va mucho más allá de eso. Estamos en la brecha de un cambio generacional en donde las personas se están dando cuenta realmente de la situación que se vive, se cuestionan y están decidiendo no solo alzar la voz pero hacer algo para generar un cambio. Se subestima mucho lo que implica ser “de cristal”. Ser parte de esta generación es sumamente doloroso.
Ser feminista es doloroso, ser parte de la comunidad LGBT+ es doloroso, señalar las injusticias es doloroso, pelear por los derechos humanos es doloroso, darte cuenta de la realidad en la que vives es doloroso, darte cuenta de tu responsabilidad en esta sociedad y el rol que juegas para perpetuar dichos comportamientos y opresiones, es sumamente doloroso. Decidir conocerte lo suficiente como para elegir con que te quedas y que es necesario cambiar es de los procesos más dolorosos que puede experimentar un ser humano; pero también de los mas valientes.
Darte cuenta, pero realmente asimilar la realidad en la que vivimos, nuestro rol y nuestra responsabilidad, puede llegar a ser sumamente abrumador. Puede llegar a evocar reacciones emocionales y psicológicas muy difíciles de procesar.
Incluso puede llegar a generar o destapar problemas reales en términos de salud mental. Por qué hago tanto hincapié en esto? Quiero que quede más que claro que es un reto, que es algo sumamente difícil, construir, de construir, cuestionar, conocerme, ningún proceso fácil. Quien diga que sí, puedo casi asegurar que no lo ha vivido.
Es poner en juego mi salud emocional, psicológica y física, por un beneficio mayor. Yo no veo nada de fragilidad en eso, honestamente yo no veo el cristal. Insisto ser consciente de quién eres en realidad y de cuál es tu realidad, no es para nada fácil. Ustedes por que creen que históricamente de los mecanismos de defensa a nivel psicólogos más comunes y más utilizados son la evitación y la negación. En su momento sirven, ¿pero a la larga?, ¿qué calidad de vida esperamos tener si no podemos ni responder honestamente la pregunta ¿Cómo estas?, ni saber como manejar nuestros sentimientos, es más, ni nos conocemos, por que nos da miedo conocernos del todo.
No es una generación de cristal, es una generación que decide conscientemente cuestionarse. Que conoce y reconoce, y aun así decide poner en tela de juicio a su sociedad, sus dinámicas, sus sistemas y sus estructuras. A diferencia de las anteriores (no haciendo referencia a todas las personas pero hablando en términos generales y generacionales), las cuales decidieron aceptar sin cuestionar y sin conocer del todo el origen de las cosas, se limita a aceptar pero continuan perpetuando discursos de odio y poca tolerancia. Ésta por el contrario es una generación que decide luchar por la equidad, los derechos humanos, teniendo como base la empatía y la humanidad.
Es una generación que se dio cuenta de que ya no puede seguir existiendo ese mundo que alguna vez fue. No solo eso, pero toma responsabilidad y decide tomar acción. Algo que solo habíamos visto en destellos, en otras generaciones. Han decidido no quedarse calladxs, han decidido unirse y han decidido hacer un cambio real. Han comprendido también la idea de que el cambio empieza en ellxs mismxs y que para poder llevar todos estos procesos a gran escala, necesitan empezar con ellxs mismxs, por que finalmente son parte de una sociedad, sociedad creada por individuos.
Muchos de ellxs saben que el gran cambio no les tocará. Pese al esfuerzo, la lucha, la constancia y la dedicación. Sin embargo, se ven pequeñas luces de esperanza como luciérnagas en una noche muy oscura. Y cada una de esas luciérnagas, aunque no las veas siempre; cuando las logres ver aunque solo sea por un efímero momento, continúan motivando la lucha. La conversación no debería centrarse en si ahora no se puede decir tal, o no nos podemos expresar de tal manera.
En nuestra ignorancia, y falta de empatía estamos perdiendo el foco de lo importante. La conversación debería de girar en torno a ¿Por qué es mejor no decir eso?, ¿A quien estoy invisibilizando o lastimando? Es entender que a veces nuestro privilegio nos puede nublar de lo que tanto halamos: la empatía. Más allá de buscar un cambio en la sociedad, un cambio sistemático radical.
Se busca un cambio individual. Quienes se están proyectando (mecanismo por el cual pongo en alguien más mis verdaderos miedos, inseguridad y sentires porque resulta muy amenazador para mí reconocerlos y/o quizás no tengo las herramientas para manejarlo) son la verdadera generación de cristal, la que teme tanto que le cambien sus maneras, sus pensamientos, su normalidad por miedo a no saber, y por miedo a darse cuenta de que no saben quienes son sin esto.