Breve, pero a fondo-Democracia y narcisismo

Breve, pero a fondo-Democracia y narcisismo

No es exagerado decir que el narcisismo en la política puede resultar peligroso y contraproducente, incluso, fuente de confrontación y violencia social, y hay diversos estudios que así lo consideran.

El estupendo trabajo realizado por Scott Barry Kaufman, publicado en la prestigiosa revista estadounidense The Atlantic, bajo el título “Lo que el narcisismo colectivo le hace a la sociedad”, revela los efectos negativos que trae consigo este tipo de personalidades.

De acuerdo con Agnieszka Golec de Zavala, profesora en la SWPS University, en Polonia, y en Goldsmiths, University of London, citada por Kaufman en su artículo, este pensamiento puede ocurrir en cualquier tipo grupo, sea religioso o político, pero, además, que los “narcisistas colectivos” a menudo se centran más en los prejuicios fuera del grupo que en la lealtad al interior.

 Según, Golec de Zavala, quien lidera el estudio, en su forma más extrema, el narcisismo grupal puede alimentar el radicalismo político y potencialmente la violencia, y que en entornos cotidianos también puede evitar que los grupos se escuchen entre sí.

Golec de Zavala definió esto como “una creencia de que la exagerada grandeza de un grupo no es lo suficientemente reconocido por los demás”. Kaufman agrega que esa sed de reconocimiento nunca se sacia.

Los resultados de la investigación señalan que la mejor forma de evitarlo es enseñando a las personas a sentirse orgullosas de su grupo, sin obsesionarse con el reconocimiento.

Situado en el contexto actual, Morena y su líder, el presidente, no necesariamente son avalados por todos, y obligar a una sociedad entera a reconocer esta supuesta grandeza imaginaria, podría ser causa de profundas divisiones sociales.

El artículo resulta muy clarificador del fenómeno que estamos viendo en México, ya que demuestra que personalidades de este tipo podrían representar una amenaza a la unidad de un país, ya de por sí, fragmentada en muchos sentidos por las diferencias sociales e ideológicas.

Según Golec de Zavala, es más probable que el “narcisismo grupal” se propague en entornos donde hay una gran incertidumbre sobre la importancia personal, alimentada por privaciones económicas extremas o marcadas desigualdades sociales, y bajo líderes que difunden la sensación de que un grupo es tratado injustamente.

Kaufman, quien se define como científico cognitivo y psicólogo humanista, los grupos pueden diferir en su narrativa sobre por qué son superiores, ya que pueden creer que son los más morales, sofisticados culturalmente y los más protectores de los valores democráticos.

“Pueden pensar que su grandeza es la voluntad de Dios, o que se la han ganado a través de un sufrimiento excepcional en el pasado. Independientemente, los narcisistas colectivos están resentidos con otros grupos y son hipersensibles a la amenaza intergrupal percibida.  Como resultado, el narcisismo colectivo a menudo genera prejuicios”, destaca Kaufman, quien además es fundador y director del Center for the Science of Human Potential.

El artículo sostiene que los narcisistas colectivos pueden estar obsesionados con recibir reconocimiento grupal porque, a nivel personal, se sienten profundamente inseguros acerca de su propio valor y necesitan desesperadamente una validación. Esto, aplicado a nuestro contexto político, podría leerse como el ejercicio de la “revocación de mandato”.

Esto lo explica la analista política, Denise Dresser, quien sostiene que, con este ejercicio, López Obrador lo que pretende es “demostrar que es popular, constatar que es carismático, evidenciar cuántos aprueban su gesta heroica y saldrán a las urnas a validarlo”.

En su opinión, “más que someterse a la posibilidad de ser removido, AMLO busca certeza de ser ovacionado. La revocación será en realidad una ratificación”. Es decir, de acuerdo, con ella, “la humildad disfrazada de narcisismo, en donde además se trata de un concurso de popularidad donde solo hay dos contendientes: el Presidente y su ego”.

La publicación estadounidense recordó consideraciones de Erich Fromm sobre lo que llamaba “narcisismo grupal”, y explica que en ningún lugar se puede constatar esta posibilidad con mayor claridad que en la arena política.

Precisa que Fromm observó que el narcisismo grupal “es un fenómeno de la mayor importancia política … Él no es nada, pero si puede identificarse con su nación, o puede transferir su narcisismo a la nación, entonces él lo es todo”. Es, sin duda, muy reveladora la consideración del psicólogo social y filósofo alemán, y puede, a la luz de los hechos, ajustarse a lo que estamos viendo en México.

Apunte final: En democracia, es de gran valor tomar en cuenta lo que piensan los demás, sin imposiciones ni regateos.

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