- Lo Más RecienteOpinión
- 13/04/2021
Breve, pero a fondo-La historia de Meg

El día apenas despuntaba y el trinar de los pájaros dominaba la mañana aún en penumbras. A esa hora, la ciudad parecía despertar de su habitual letargo. Pasaban las seis de la mañana cuando un discreto timbrazo anunciaba la llegada de un mensaje a mi teléfono móvil. Aún estaba en la cama. Con cierta pereza estiré el brazo y lo tomé. Quise leer su contenido, pero no puede. Aguardé unos minutos para despabilarme. Tomé de nueva cuenta el celular y me sorprendió ver que se trataba de un reportaje publicado en The New Yorker. Se refería a una historia que en otra época hubiera parecido inverosímil, de ficción, pero no en estos tiempos aciagos de pandemia.
De inmediato el trabajo realizado meticulosamente por Meg Bernhard con el título The Long Trip Home (El largo viaje a casa) me atrapó.
Narraba la tragedia que vivió una mujer al enterarse que su hijo de sólo 23 años se había suicidado en Estados Unidos, donde estudiaba desde hace dos años en la Universidad de St. Lawrence, en Canton, Nueva York.
Pero no todo terminaba con la muerte ya de por sí dolorosa y trágica del joven, era el inicio de una amarga experiencia que Jennifer Corigliano junto con su esposo Grégory, tuvieron que padecer para llevar los restos mortales de su hijo Enzo de Nueva York a Numea, capital del territorio francés de ultramar Nueva Caledonia, para ser sepultado, luego de un periplo de nueve mil millas, en el que se sortearon todo tipo de obstáculos burocráticos, muchos de ellos, establecidos a causa del virus del Covid-19.
“Fue muy difícil para mí llamar a mi hijo pequeño para decirle que su hermano falleció”, le confesó Jennifer a la periodista en el estremecedor reportaje, en el que ilustra con un caso triste la descomunal tragedia que se vive en el mundo.
La historia plasma también el lado humano y a veces heroico de los trabajadores de una funeraria que se mueve en la frialdad de la muerte y que tiene la responsabilidad de enviar desde Estados Unidos cientos de cadáveres a distintas geografías para acercarlos a los terruños donde deberán ser sepultados.
Meg Bernhard logra atrapar todo un cosmos en una historia que nos lleva a la reflexión sobre la tragedia que bien podría ser la de miles de familias que enfrentan la pérdida de un ser querido en estos tiempos de pandemia.
Logra armar las piezas de la historia como si se tratara de un rompecabezas, ordenando cronológicamente los acontecimientos, sin que ello, le impidiera regresar en el tiempo para retomar detalles dramáticos, como el que describe cuando Jennifer recibe la espeluznante noticia de la muerte de su hijo justo un 12 de diciembre.
Bien vale la pena asomarse a esta historia httpss://bit.ly/2PZgtbF, que es la de muchos en todo el orbe y en México no es la excepción. La tragedia puede golpear a cualquiera, incluso a aquellos que creen que son incólumes al dolor, a la pena y al sufrimiento.
Tal vez, como nunca antes en los tiempos recientes, el morir lejos del hogar, del terruño, de la tierra propia, se convierte en una pesadilla para quienes tienen que padecer esta pena, pero que también los hace héroes, seres humanos de una sola pieza.
La historia que cuenta Megan es la que viven miles de nuestros paisanos que han tenido que traer a México desde algunos de los 50 estados de la Unión Americana a algunos de sus seres queridos que han muerto por el Covid, por algún accidente de tránsito o de trabajo, o por alguna otra enfermedad.
Leer El largo viaje a casa, nos acerca a un caso particular, al drama humano, a la historia de una familia que pierde a un ser amado en un momento en el que la muerte ronda en todas partes, en todas las latitudes, en un mundo que no acaba de asimilar el tamaño de la tragedia que vivimos por esta pandemia.