En busca del estado perdido-El poder de la constancia

Conocí hace más de 22 años a Toño Pérez, fue en Guadalajara, en un restaurante de Sushi, llegó por la tarde -hiperactivo como hasta ahora- puntual a la cita, quien nos presentó -amigo en común- me advirtió ‘debes de ser muy claro con él para que aprecie cuál es tu objetivo’.

En aquellos años su hijo Sergio ‘Checo’ Pérez con apenas 14 años de edad, corría una categoría inicial en Inglaterra en dónde vivía solo. Toño, platicó el enorme esfuerzo -económico, emocional, familiar- que significaba mantenerlo en la Gran Bretaña, de la bestial competencia que se daba entorno al sueño que desde aquel momento se habían trazado -en el que la familia completa trabajaba sin cansancio, duro- concibiendo en todo momento que Checo fuera piloto de la F1. En los siguientes años de convivencia fui testigo de los sacrificios realizados por toda la familia con el solo objetivo de que el joven piloto alcanzara el éxito.

Hoy Toño Pérez tiene a Checo corriendo en la F1, a su hija Paola como la única mujer que representa a un piloto de la gran categoría -no hay otra en el mundo- y Toño Jr. -fue piloto campeón de NASCAR- administra celosamente parte de los negocios que han ido construyendo fruto de la bonanza de Sergio.

¿Qué fue lo que los llevó al lugar donde están? Sin duda alguna la constancia.

La familia Pérez nunca cesó en la busca de su meta, incluso alcanzada ésta, mantiene la disciplina que se requiere para que uno de sus miembros permanezca por más de 11 años en el competitivo mundo de la F1, distinguiéndose como el único mexicano con más grandes premios en su haber.

La constancia es un valor fundamental que debemos de aquilatar -como la familia Pérez- para lograr cualquier propósito, con ella, se es capaz de aniquilar el obstáculo que se interponga, está probado que la voluntad, aunada con el rigor, transforma a los seres humanos en invencibles.

No se trata de cualquier persistencia, debe ser manejada de manera ordenada, metódica, visualizando en todo momento el objetivo, al hacerlo se atrapará la escurridiza victoria -el triunfo- consecuentemente la gloria.

Siendo licito, no importa la actividad que se tenga, el secreto para ser el mejor radica en el trabajo constante lo que necesariamente genera la gracia, lo demás llega solo.

Hoy Toño Pérez pretende gobernar su tierra, Jalisco. Para el común denominador ven la tarea imposible, afirman se aprovecha de la fama del hijo, sin saber que precisamente él fue quien lo hizo, sin embargo, Toño no pertenece al común denominador, gracias a su excepcionalidad le dio a México un gran piloto en la F1, nos mostró que no hay tarea imposible, siendo así, es probable que veamos a Toño Pérez como ejecutivo de su Estado natal.

Sería bueno escuchar diálogos de Toño en torno al proyecto de Estado que pretende, en donde visualiza a los jaliscienses, cómo incitar a esa sociedad, -muchas veces apática- a emprender el cambio necesario para redescubrir que el trabajo constante los llevará a recuperar el sello característico que en el pasado los mostraba orgullosamente como identidad nacional. 

Estoy convencido que los jaliscienses quieren ser reconocidos como emprendedores, innovadores, disciplinados, que les gusta vivir en paz, prósperos -resultado de su esfuerzo- para ello es necesario el poder de la constancia, Pérez presume saber cómo hacerlo -entonces- que lo muestre.