Retrato Ormeta – El siempre problema de la sucesión presidencial

Retrato Ormeta – El siempre problema de la sucesión presidencial

El escritor Mario Puzo es famoso por escribir obras tan aclamadas como el Padrino, el Último Don, Los Corleone, entre muchas otras. Trabajos que llegaron a la pantalla grande para convertirse en trabajos fílmicos de excelencia que han traspasado generaciones de nuevos contenidos, situándose hasta la fecha como películas de altísima calidad. Así, todas sus obras no sólo comparten el éxito tanto literario como fílmico, sino que también comparten otros detalles en su contenido, pues todas son historias que se entrelazan en un ambiente determinado como lo es la mafia italo-americana y al menos comparten un problema en común relacionado con la sucesión del jefe máximo de la familia. Estas dos situaciones serán un común denominador en la toda la producción de Puzo, y llegarán a ser la trama central de varias de sus obras más aclamadas.

Como bien sabemos, en el libro el Padrino, el jefe de una de las mafias más poderosas de Nueva York era Vito Corleone, mejor conocido como el Don o como el Padrino, líder indiscutible que descansa su liderazgo en sus contactos políticos, así como en su habilidad para saber descifrar tanto las intenciones de sus amigos como de sus enemigos, lo que le permite siempre estar un paso delante de cualquier jugada en el negocio. Sin embargo, la aparición de Sollozo mueve el tablero del Don al proponerle que ingrese al negocio de las drogas, propuesta que rechaza tajantemente Don Corleone. A pesar de ello, las demás familias de la ciudad deciden apoyar a Sollozo porque están interesadas en la propuesta del nuevo negocio y para ello, deciden planear la ejecución de Corleone, teniendo en mente que el hijo mayor del Don manifestó en la reunión de Sollozo y su padre, que él a diferencia de su progenitor, sí estaba de acuerdo con el ingreso de la familia Corleone a este negocio.

Lo demás es historia mejor narrada por Puzo que por la película, pero aquí se plantea la seria duda de la sucesión en el mando de la cabeza de la familia Corleone. En este asunto, el Don no tenía claro quien de sus hijos sería su sucesor al frente de la familia cuando él faltará, pues consideraba que su hijo mayor Sonny no tenía el temple para negociar ni para tomar decisiones que no fueran resultado de un arrebato, sumado a que no era un fiel devoto de su propia familia. El hijo de en medio era Fredo, hijo al que consideraba débil de carácter, con más dudas que certezas y con más estupidez que inteligencia. Finalmente, su hijo Michael poseía un carácter muy similar al de su padre, era astuto y culto, pero ya había mostrado rechazo en ser parte de los negocios familiares. Por esto y ante la falta de un heredero claro del clan, casi se extingue la familia cuando el Don sufrió el atentado que casi le arrebata la vida a causa de su negativa de ingresar al negocio de Sollozo.

Tema similar sucede en el ámbito político, sobre todo, la cuestión de la sucesión se convierte en tema crucial en sistemas presidencialistas en donde la figura del Ejecutivo Federal tiene facultades que lo convierten en un hombre poderoso en su país. Y México es la regla a lo anterior, pues políticamente hablando, el presidente de la nación es el hombre más poderoso durante seis años, tiempo durante el cual, puede ejercer su fuerza en casi todos los ámbitos de la vida pública. Así, ante la fuerza que da el cargo presidencial, la elección de un sucesor se vuelve tema crucial teniendo en mente que el ungido tendrá enorme poder que podrá ejercer durante un sexenio. Más aún, no hay que olvidar que el tema de la sucesión viene atiborrada con el todavía tufo de la hegemonía priista que heredó los tiempos, los ritos, las cargadas y los movimientos de aquel sistema tampoco democrático del siglo pasado.   

La situación se torna más compleja porque el presidente de la nación en México tiene no sólo un peso determinante para elegir a su sucesor, sino que también cuenta con diversas herramientas para impedir que ciertos candidatos busquen sucederle. Podríamos decir que, para la sucesión presidencial mexicana, uno de los grandes jugadores para buscar al nuevo gobernante justo recae en la figura del presidente saliente. Como en las obras de Mario Puzo, el titular del Ejecutivo tiene la facultad y también la responsabilidad de jugar para elegir a un sucesor, pues la Historia nos ha demostrado que los presidentes dudosos con su sucesor son los que han tenido un séptimo año muy difícil, mientras los pocos afortunados que han logrado imponer a sus pupilos gozaron de una salud política envidiable que garantizó su legado… En cuál de los dos querrá encasillarse el presidente López Obrador. 

Ormeta: La balanza se está inclinando para que el nieto de un histórico exsecretario de Hacienda llegue a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

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