Eres magia- La ironía detrás del cambio

Si algo podríamos casi afirmar es que muchas, y me atrevería a decir que la mayoría de las personas, tienen una relación complicada con el cambio. No he conocido hasta ahora, y no digo que no existan, a una persona que enuncie la frase “me encanta o disfruto mucho de los cambios”.

¿A que me refiero? Que no es el común denominador de la población. Al contario la gente le teme al cambio, la gente se disgusta, se enoja ante el cambio. Al mismo tiempo algo curioso cuando nos adentramos al tema del cambio, es que lo único que tenemos seguro en la vida a demás de la muertes es el cambio.

Les pregunto queridos lectores: ¿Acaso son ustedes las misma persona que eran cuando tenían 5 años?, ¿Y que tal la misma persona que a sus 15, 35, 55 años? ¿Son acaso la misma persona que eran el año pasado? ¿ayer? Si tuvieran que contar los cambios que han vivido a lo largo de su vida ¿podrían? ¿O son tanto que no sabríamos ni por donde comenzar? Por que entonces es algo con lo que viviremos peleados toda la vida. Es algo que nos cuesta tanto trabajo, algo que no sabemos ni como manejar, pero al mismo tiempo es algo que vivimos constantemente todos los días. 

Un término que relacionamos de manera casi instantánea cuando se habla de cambio, es la adaptabilidad. La adaptabilidad al cambio es una herramienta que se adquiere con el tiempo y la experiencia. Pero muchas personas al tener una relación complicada con el tiempo no se dejan desarrollara. Por que la única manera de desarrollar herramientas como esta y como muchas otras es utilizándola y practicándola. Pero si en vez de esto nos empeñamos en aferrarnos al “antes”, a evitar o negar el cambio, esta habilidad va a ser casi inexistente. 

La vida en si es un cambio constante y aunque digamos “no, yo no voy a cambiar”, “no yo seguiré siendo siempre la misma persona”, cambiamos, cambiamos conforme a las etapas de la vida en las que estamos, cambiamos en los conocimientos que vamos obteniendo, complementando y modificando a lo largo de la vida  y conforme vivimos ciertas experiencias, cambiamos maneras de pensar, no me digan que un bebé piensa igual que el adulto en el que se convirtió a sus 50 años.

Y a las personas que contestaron no a todo, por que se que las hay. Déjenme decirles que hasta cambiamos de células a lo largo de nuestra vida, algunas mueren y se generan otras, ese, es un cambio. El cambio es algo intrínseco de la vida quizás deberíamos de dejar de vivir peleados con él.

La ironía habita en el miedo que nos causa la idea del cambio. ¿Cómo llegamos a tener esta relación  tan tortuosa con algo que es inevitable y constante. Mucho de este miedo más allá de venir de un cambio como tal. Viene de la incertidumbre que lo acompaña. La incertidumbre es básicamente no saber que va a pasar y por ende no poder o no saber que hacer al respecto. A su vez la incertidumbre es mejor amiga de la ansiedad y de la impotencia.

Como lo mencioné en una de las primeras columnas, lo que más tendríamos que practicar aquí es la tolerancia. Pero como lo dije en su momento es algo que no nos gusta para nada. Tolerar el displacer, tolerar el “sentirnos mal” el sentir ansiedad, sentir frustración, sentir impotencia. No, siempre haremos intentos por evitar sentir “lo malo”, “lo incomodo”, “lo que no se sentir” pues claro, cómo voy a convivir con mi incertidumbre si toda la vida he hecho todo lo posible por evitarla. 

Pero la realidad es: lo vas a tener que sentir de todas todas y el cambio es inevitable. Una vez más es una encrucijada en donde ¿qué será mejor? Intentar crear un mundo de fantasía en donde sostengo que el cambio no existe, me aferro a lo que era, niego su existencia y evito sentirme “mal”. Entonces caigo en una pelea contante conmigo mismx sobre mi propio malestar. O Reconozco que es algo humano, innato de la condición humana y aunque no sea placentero y me de miedo, lo reconozco y convivo. 

Para así crear una relación, la cual era inexistente antes y cada vez me sea más fácil manejarlo. Me logro  preguntar qué es lo que me da miedo de este cambio y convivo con mi propio miedo, identifico y logro hacer un plan de cómo manejarlo, reconcomiendo mis fortalezas y mis herramientas. Tu eliges la relación que tu quieres tener, porque finalmente es tu responsabilidad y eres tu quien vivirá con las consecuencias.  

Las rutinas, los hábitos y la estructura nos traen consigo paz por eso podemos hasta cierto punto crear la ilusión de qué sabemos que va a pasar hoy. Sin embargo, siempre hay una probabilidad de que suceda algo que no teníamos contemplado,  o que los planes no sucedan tan cual nosotros lo teníamos en mente.

Que nuestras expectativas tal cual las queríamos no se cumplan. Y cundo esto sucede que es TODO el tiempo no sabemos manejarlo por que vivimos en una fantasía irreal que no me prepara ni me hace funcional para la vida real. Pasa también que nos enfocamos tanto en enojarnos con el cambio, en renegar el cambio que no nos sabemos a adaptar y  perdemos tiempo y energía (que es de las cosas más sagradas que tenemos) y que pudimos utilizar en ver maneras de cómo nos vamos a adaptar o que vamos a hacer para sentirnos mejor. 

La pandemia entre muchas otras cosas nos vino a enseñar, a recordar, que el cambio está ahí. Y eso nos causo en muchos una ansiedad desbordante. Creo que hasta cierto punto es fácil vivir en esta ilusión de que tenemos control sobre casi todo lo que nos sucede a nuestro alrededor, la pandemia vino a recordarnos que no.

La pandemia solo nos hizo ver en una escala exponencial que nada es seguro más que el cambio y que muchas veces no vamos a saber ni como ni cuando ocurra. Y eso lo tenemos que aprender tanto a tolerar como a aceptar. Mejor nos enfocamos en lo que sí, en lo que si podemos hacer, esto es adaptabilidad, soltar y tolerar. Finalizo este escrito con la siguiente pregunta: ¿Cuántos de ustedes se enfocaron más en lo que “ya no iba a ser” en lo que “se perdió” en “cómo le vamos a hacer para volver al antes”. En vez de aceptar el cambio y darle entrada a vivir la vida diferente a la que teníamos.

NADIE esta diciendo más fácil o mas difícil, mejor o peor, dejemos las etiquetas de lado y enfoquémonos en lo que es. La pandemia trajo muchos grandes cambios en poco tiempo lo cual lo hizo más abrupto. Pero la vida esta llena de pequeños cambios diarios. Mi sugerencia: es hora de hacer las paces con esto y que cambies la relación que tienes con el cambio.