Retrato Ormeta – El 8M

Por invitación de una querida amiga, hace unas semanas pude ser parte de un programa académico enfocado en explorar el feminismo y su historia en México. No sobra decir que me empape de mucho conocimiento acerca de las diversas corrientes feministas y pude conocer datos históricos interesantes que marcaron el avance de las luchas feministas en el país. No soy un letrado en la materia, pero al menos conozco que hay una teoría feminista radical que busca destruir todas las formas de opresión del Estado, incluyendo el buscar derrumbar al Estado mismo; así como hay una particular teoría feminista que busca el empoderamiento de mujeres afrodescendientes e indígenas. Del mismo modo, conocí y me sorprendió que los primeros derechos tanto políticos como civiles les fueron reconocidos a las mujeres en México hasta bien pasados los años 50´s del siglo pasado.

Todos deberíamos saber que el feminismo lo que busca en términos generales es el empoderamiento de la mujer y el derrumbamiento de los techos que se les imponen en diversos aspectos de la vida. Es cierto que cada corriente tiene su matiz, y le da tratamiento distinto a variados temas fundamentales que atraviesan cualquier sociedad como lo es el matrimonio, la propiedad privada o la relación que hay con el Estado. Más aún, surgen duros e intensos debates acerca de qué papel deben o pueden jugar los hombres en el feminismo, pues hay variantes que sostienen la imposibilidad de los hombres de poder ser parte del movimiento porque estructuralmente han gozado de forma directa o indirecta durante toda su vida de los beneficios del sistema patriarcal opresor, pero hay otras vertientes que consideran a los hombres como aliados o al menos, sustentan que aquellos enriquecen el movimiento cuando hacen un estudio autoconsciente de sus privilegios por el hecho de ser hombres.

Sumado a esto, las teorías feministas buscan romper las intrincadas redes que buscan no sólo el sometimiento de la mujer, sino que también permiten no darle un tratamiento de persona digna y aquí es donde el contexto de cada país cobra importancia para ver qué barreras o cadenas deben romperse para que la mujer pueda tener acceso a la igualdad de oportunidades y poder alcanzar el tratamiento de persona digna. En México, la situación de las últimas décadas ha aflorado como nunca que el machismo e impunidad han sido dos problemas que justo evitan el empoderamiento de las mujeres en un país en donde las injusticias hacia ellas son el pan de cada día. Desde las estructuras del Estado hasta las normas sociales y/o culturales son ramas que impiden el empoderamiento y fomentan un clima de violencia tolerada hacia las mujeres, sumado a que las mujeres sufren de discriminación interseccional por además pertenecer a ciertos grupos históricamente minoritarios.

Por eso y más la marcha del 8 de marzo es una jornada en donde se visibiliza el complejo escenario que atraviesan millones de mexicanas, así como al mismo tiempo hacen sentir su ausencia en sus lugares de trabajo, en las escuelas y demás actividades tanto económicas como cotidianas. En efecto, es una marcha en donde se expresa la violencia sufrida, las opresiones cotidianas e injusticas permanentes que viven a diario nuestras mujeres en un país plagado por derramamiento de sangre femenina, un recorrido para que la voz de las mujeres sea percibida en todos los rincones, gritan porque sólo así pueden ser escuchadas y marchan para que el Estado-sociedad tome consciencia de su sistema patriarcal impuesto a costa del empoderamiento femenino. Cada año, pesa su ausencia en cada oficina, salón y lugar, su ausencia es otra forma de protesta hacia un sistema que no las respeta, pero que las necesita bastante. 

Las luchas feministas han logrado avances importantes en diversos rubros y han conseguido una concientización colectiva de los males del patriarcado. Su lucha es constante porque los progresos conseguidos deben asiduamente ser defendidos y, sobre todo, su lucha continua hasta que todas las mujeres sean respetadas en un país acostumbrado a violentarlas. El 8M es la voz constante que pone la primera cuña que tirará el sistema patriarcal.

Ormeta: ¿cuál es la estrategia electoral de Movimiento Ciudadano? El tiempo nos dará la respuesta y sólo así, podremos entender el por qué no decidió competir con un competitivo candidato como Juan Zepeda para la gubernatura del Estado de México…