Retrato Ormeta- En la mira del mundo

Retrato Ormeta- En la mira del mundo

México lleva años sumido en el caos de la violencia, desde el inicio de la mentada “guerra contra el narcotráfico”, el país se ha sumergido en una realidad cotidiana de personas desaparecidas, de millones de mexicanos asesinados bajo las garras del crimen, de fosas que contienen enterrados los sueños apagados, dicha guerra ha obligado a miles de personas el hacer su vida entre fuegos cruzados o balas perdidas que en cualquier momento te pueden arrancar la vida. Es un país sumergido en la anarquía, pueblos enteros bajo el dominio del crimen con la complacencia de un Estado que ha fallado no sólo en su estrategia de seguridad, sino que ha fracaso en reconstruir el tejido social tan dañado por causas estructurales que no han sido atendidas en décadas. La desigualdad social, la pobreza y la corrupción son el campo fértil para que prospere el crimen, actividades ilícitas que arrebatan a cada hora la tranquilidad de las familias mexicanas.

En este triste contexto del país, hace un par de días pasados, el crimen organizado secuestro y asesino a un par de ciudadanos estadounidenses que vinieron a Matamoros, Tamaulipas. Quedo grabado en video el momento en que sicarios les cerraban el paso y los subían a una camioneta, aunque aún no se saben los detalles del asunto y hay muchas cosas por demás confusas del secuestro de dichas personas, lo que sí quedo retratado fue como el crimen organizado a plena luz del día pudo realizar semejante acto sin que ninguna autoridad pudiera prevenirlo e impedirlo. La noticia puso en alerta máxima a las autoridades estadounidenses que de inmediato presionaron al gobierno mexicano para que diera con el paradero de sus connacionales, presión que resultó en la localización de dos sobrevivientes y dos personas asesinadas en horas. Ante la magnitud del hecho, la presión de Washington sobre México arreció como nunca.

En efecto, para nadie es un secreto que el presidente López Obrador tiene su estrategia de seguridad basada en su famoso dicho de “abrazos, no balazos”, que ha consistido en el repliegue de las Fuerzas Armadas sólo para tareas de vigilancia evitando a toda costa la confrontación con grupos armados. Esta estrategia ha resultado en un rotundo fracaso que tiene al país con más muertos, con más sangre y con más víctimas que en sexenios anteriores, situación que se ha agravado porque el gobierno estadounidense tiene la percepción de que el gobierno mexicano no está combatiendo frontalmente al crimen, en especial, tienen la imagen de que no se está erradicando la producción de fentanilo, sustancia sintética que ha asesinado a millares de estadounidenses por sobredosis y ha causado el incremento de la violencia en sus ciudades. El secuestro de los estadounidenses en Matamoros fue el momento de rompimiento hacia la tolerancia que tenían hacia la estrategia de seguridad del gobierno de López Obrador.

La presión subió a niveles no vistos anteriormente, tanto congresistas republicanos como demócratas criticaron el papel raquítico de México para combatir el crimen organizado, fueron dardos certeros hacia la pasividad de las autoridades mexicanas e incluso llegaron a sugerir los senadores republicanos que los cárteles de droga fueran catalogados como terroristas con la clara finalidad de que las Fuerzas Armadas estadounidenses ingresen a territorio mexicano a combatirlos. Peor aún, casi todos los noticieros de Estados Unidos pusieron como nota principal el secuestro y asesinato de sus connacionales en Matamoros, sumado a que lanzaron feroces amonestaciones hacia la incompetencia de las autoridades mexicanas y resaltaron la peligrosidad de los cárteles mexicanos a la seguridad de su país; todo esto, creando una peligrosa narrativa de la urgencia del peligro que puede representar el crimen organizado a la tranquilidad de las familias estadounidenses.

La noticia de lo ocurrido en Matamoros fue tendencia tanto en Estados Unidos como en el mundo, foco de atención que reflejó la precaria situación de seguridad en que se encuentra México, todo a la luz del contubernio o incompetencia de las autoridades mexicanas para dar solución a tan complejo problema. Como nunca, la presión de Washington se encuentra en su máxima tensión hacia el gobierno mexicano por su nula actuación para combatir al crimen organizado, escenario que trae peligrosas situaciones, pues se asoma como una opción factible la invasión por parte de tropas norteamericanas a suelo mexicano y se está creando una narrativa peligrosa entre el pueblo estadounidense acerca de quién debe ser su principal enemigo a combatir.

Ormeta: Dicen que en el Estado de México los priistas del actual gobierno estatal están listos para entregar la estafeta de gobierno a los morenistas encabezados por la profesora Delfina Gómez. Tan mal ven el panorama para la elección del próximo mes de junio.

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