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- 28/05/2021
Clases en línea… ¿Los impactos de la nueva normalidad?
Dr. Francisco José Barbosa-Camacho
Actualmente, la pandemia por Covid-19 es una emergencia de salud pública de interés internacional, y los gobiernos han tenido que improvisar estrategias para mantener a flote sectores tan esenciales como la educación.
En países como los EU., la preferencia por cursos totalmente en línea ha aumentado en los últimos años, sin embargo, la población estudiantil en México parece no estar cómoda con la idea de la educación a distancia, y la mayoría de los estudiantes aún prefieren los programas académicos presenciales.
La bibliografía internacional nos ha demostrado que los posibles desafíos de la educación virtual tanto para estudiantes como para maestros parece ser la falta de interés y entusiasmo, la insuficiencia en las habilidades tecnológicas de los profesores, la capacidad de retener la atención distracciones externas el aula, y accesibilidad de equipo (computadoras o celulares) y una buena conexión a internet. Si a esto se agrega el aislamiento social, la creciente incertidumbre sobre la progresión del brote, junto con la exposición constante a noticias sobre Covid-19 a través de las redes sociales, tenemos un cóctel de angustia psicológica que afecta a nuestros estudiantes.
El brote repentino de Covid-19 inevitablemente ha causado ansiedad, depresión y otras reacciones de estrés entre la población en general y ha limitado la vida diaria y las actividades sociales durante un período que parece no tener fin.
Un estudio mexicano encontró que más del 80% de estudiantes universitario presentaban puntajes positivos para ansiedad y/o depresión desde el inicio de la pandemia. Esta cifra es más alta que la informada por un estudio en los EU un mes después de la declaración del estado de emergencia, donde al menos un tercio de los adultos jóvenes informaron tener niveles elevados de depresión y ansiedad.
Es necesario crear estrategias para ayudar a los estudiantes a continuar su programa académico a través del aprendizaje a distancia, ya que a pesar de que el aislamiento social nos sea útil para limitar la posible propagación de enfermedades, esto debe realizarse de una manera que evite imponer barreras en el aprendizaje.