¡Fuera cadenas!-Defensa de la Constitución

La defensa de la Constitución empieza en el desarrollo diario de nuestras actividades: desde el cumplimiento a nuestros deberes como ciudadanos, así como la exigencia al cumplimiento de los derechos que nos corresponden. Hace algunos años leí la novela Dos Crímenes del gran Ibargüengoitia, la primera línea de esa novela dice: “La historia que voy a contar empieza una noche en que la policía violó la Constitución”. En su momento, esto me impactó porque Ibargüengoitia, un prolífico escritor, tenía en mente que la organización de nuestro país y el actuar de las autoridades debe ajustarse a la propia Constitución.

La Constitución, que es el origen de nuestro sistema político y establece las estructuras gubernamentales, debe respetarse por todos. El Congreso de la Unión, que es órgano donde se representa la democracia en nuestro país, es el intérprete y, a mi juicio, el defensor más importante de la Constitución. El poder legislador debe dotar de contenido a la Constitución y, con base en ello, desarrollar la legislación ordinaria. Posteriormente, en caso de haber fallado el filtro del legislador, el ejecutivo podría vetar la legislación que estime contraria a la Constitución. Al final, los tribunales podrían revisar la regularidad constitucional de la legislación que viola la Constitución que haya sido aprobada ante la falla de los anteriores controles. El sistema y las estructuras del Estado mexicano están organizadas de tal manera que se impida la aprobación de legislación que viole la Constitución.  

En los últimos días se ha discutido ampliamente en la sociedad la legislación electoral que fue presentada en el Congreso de la Unión por el grupo parlamentario oficialista. Entre sus propuestas está la creación de distritos electorales “temporales” ―sin que quede claro en la legislación de qué depende que un distrito sea temporal―, la reducción de las comisiones del Instituto Nacional Electoral, la modificación de los tipos de asuntos que puede conocer el Tribunal Electoral, entre otras cosas. Esta propuesta de reforma ha generado muchas críticas con motivo de las modificaciones sustanciales que pretenden realizarse al sistema electoral.

Me ha llamado fuertemente la atención el voto particular que emitió el senador Ricardo Monreal en contra del paquete de reformas electorales. En el discurso que dio ante el pleno del Senado rememoró que su deber es cuidar de la Constitución y, con ello, argumentó que votaría contra de esta propuesta de reforma porque, de aprobarse, se violaría la Constitución. En el voto que presentó por escrito, el senador Monreal hace una relación puntual de cada una de las violaciones constitucionales que, a su juicio, se generarían de aprobarse la propuesta de reforma electoral. Además, el senador también hace referencia a las violaciones al proceso legislativo que se han presentado en el Congreso con motivo de estas propuestas de reformas.

Celebro que un legislador, aun siendo miembro del mismo partido oficialista, haya tenido la valentía de poner por delante la Constitución y, con los razonamientos que estimó pertinentes, argumentar por qué razón esa reforma legal podría tener el alcance de violar la Constitución. Soy de la idea que el Congreso es el foro idóneo para plantear las violaciones constitucionales que toda propuesta de legislación podría llegar a tener, para, de ser posible, ahí mismo parar el acto violatorio de la Constitución. En el caso, no obstante, todo apunta a que la propuesta de legislación será aprobada en sus términos; sin embargo, no solo celebro que existan legisladores con convicciones constitucionales, sino que sean congruentes con ellas. 

Veremos en qué termina este proceso legislativo, pero algo nos ha quedado claro: existen constitucionalistas en el Congreso. También me ha llamado la atención que el presidente López Obrador haya aclarado el día de ayer que él, como presidente, tiene la posibilidad de vetar la legislación que se llegue a aprobar. Sin duda tendremos un desarrollo político interesante en los próximos días.